Capítulo 1: Un día cualquiera

393 16 1
                                    

Las noticias, series e incluso películas se han vuelto bastante aburridas de ver. Todo siempre es tan... predecible.

- Onee-chan, voy a salir un rato - escuché a Fubuki hablar mientras seguía buscando algo interesante en la televisión - ¿Me escuchaste?

- Sí sí... Solo asegúrate de llegar rápido si te llamamos - ¿Eh? ¿Por qué parecía estar vestida como si no quisiera que la reconozcan? - ¿A dónde vas vestida así?

Leer los pensamientos de mi hermana era la cosa más sencilla del mundo. Y no lo digo solo porque podemos saber lo que piensa la otra. Sino que además ha sido mi mayor responsabilidad desde que nuestros padres nos abandonaron - Es que... Bueno verás...

- Te lo he dicho antes: El mundo nos odia y no vale la pena tratar de ganar su afecto, Fubuki.

- ¡Hermana solo iré a pasear con Psykos! - Eso era una tremenda mentira - ¡Y ni se te ocurra leer mi mente!

¿Enserio creía estar en posición de decirme que hacer? ¡Yo la he cuidado y educado todos estos años! - Como quieras. Solo no me llames cuando vayas a necesitar de mí.

- Yo no... ¡Bien! ¡Como quieras! - gritó antes de salir del departamento no sin antes azotar la puerta. ¡Ha! A ver cuanto aguanta fingiendo ser algo que no es.

- Jódete, Fubuki... - Vaya forma de mierda de empezar el día - ¡Genial! Ahora yo también necesito salir de aquí.

Daba igual si incluso decidía salir en pijama nadie se atrevería a siquiera mirarme a los ojos. Igualmente me puse ese vestido negro que, por alguna razón, me gustaba tanto y salí hacia una zona desierta que había hacia el oeste.

El lugar conservaba aún el cráter de cuando aniquilé a un monstruo raro lanzándole un meteorito encima y recordar eso provocó una pequeña sonrisa en mi rostro.

Quizás con suerte algún estúpido con ansias de gloria venga a desafiar si hago una gran demostración de poder aunque lo aplastaria como a una mosca. Empecé a levantar varias rocas y hacerlas girar a mi alrededor para luego dirigirlas con gran velocidad contra el suelo para luego volverlas a alzar y formar un campo de fuerza a mi alrededor con ellas pero esto no era suficiente para despejar mi cólera.

Entonces logré ver como un par de luces brillantes se dirigían hacía mí y fácilmente logré determinar de quienes se trataban por su pésima forma de ocultar su poder y sonreí luego de que se me ocurriera una idea - Quizás esto pueda ser divertido - lancé las rocas a una velocidad mayor a la de antes contra esos esper's que debía llamar colegas.

Fue bastante divertido ver como esquivaban las rocas pero no pude aguantar la risa al ver su cara de enojados una vez aterrizaron a unos metros de mí - No parece haber amanecido de buen humor, señorita Tornado.

Kenzo siempre había mostrado una gran admiración hacía mi poder además de que era de los pocos que no me causaban tantos problemas. Mas no puedo decir lo mismo de los otros dos que lo acompañaban - No merecíamos recibir ese ataque, Kenzo - Esta estúpida de cabello morado llamada Umiko solo sabía quejarse. La única razón por la cual seguía en el equipo es porque su hermano gemelo Tetsuo era uno de los mejores en nuestras filas aunque su nivel era inferior al de Kenzo.

- Hermana, guarda silencio - Eso. Cierra el pico, perra.

- ¿A qué han venido aquí?

- Bueno verá... - me crucé de brazos luego de ver que buscaba algo en su bolsillo para luego mostrar el holograma de una máquina - Nos pidieron que vayamos a conseguir una especie de controlador o algo así. Y si bien la misión no suena demasiado difícil. Nosotros quisiéramos que...

Tú siempre serás mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora