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El campo desolado y gris alrededor suyo se extendía hasta perderse en una frágil línea entre la tierra y el cielo, las nubes grises amenazando con soltar una tormenta que seguramente arrasaría con aquellas cenizas que flotaban con lentitud, danzando con el frio aire que se encajaba en sus huesos. Cuando bajó la mirada y notó sus pies descalzos la tierra sin color comenzó a tomar formas extrañas, parecían prendas viejas y desteñidas de colores grises y verdes. Se agachó cuando vio un brillo nacer entre ese escombro sin vida.

Extendió su mano para alcanzar ese objeto que poco a poco se hacía más nítido y lo tomó con firmeza. Se sentía irreal. Cuando se volvió a poner de pie y giró su puño cerrado para ver esa pequeña luz oculta bajo sus dedos. ¿Qué podía brillar en un lugar como ese? ¿Qué podía ser olvidado en ese desierto sin fin en el que por alguna razón se encontraba?

Abrió su mano con lentitud. Era un anillo.

Y en tan solo un parpadeo el anillo ya estaba suavemente colocado sobre un dedo gris y carcomido por el tiempo. No supo porque no gritó, él tan solo lo guardó en su bolsillo y dio media vuelta sabiendo el camino para regresar a casa.


Seungmin despierta poco antes que el sol, se pone de pie y tan pronto como se siente listo estira sus músculos y se va a la ducha. Su rutina es simple y rápida; consiste en asearse para tomar el conjunto de ropa que cuidadosamente había elegido el día anterior. Y cuando termina de hacer eso baja corriendo las escaleras para prepararse un licuado nutritivo más espeso que la leche caducada, y no sabe porque siempre hace esa comparación cuando tiene el líquido en la boca.

Toda la casa es tranquila y tan solo los pájaros cantan a su alrededor, de vez en cuando la tv está encendida, pero no esa mañana, quizás porque Dowoon olvidó encenderla o porque simplemente no se ha levantado aun. No importa, Seungmin prefiere mil veces el sonido de los pájaros que las aburridas noticias donde solo decían que todo estaba bien y que estaban intentando mejorarlo. De cualquier modo cuando termina esa pequeña sección de su tiempo camina hacia la sala de estar.

Dowoon debería estar ahí, quizás durmiendo o leyendo papeles que Seungmin nunca podría comprender, o estaría entre libros, o mirando su celular. Pero cuando llega al sillón donde siempre está él lo encuentra vacío y tan perfecto como se encontraba anoche, ni siquiera la característica taza de café que Dowoon siempre deja por descuido sobre la mesa de noche. Es raro, porque es parte de su rutina diaria saludar a Dowoon. Comienza a buscarlo con la mirada.

Bien, Dowoon no está en la sala de estar ni en la cocina, lo busca en el baño y tampoco lo encuentra, entonces sube al segundo piso buscándolo en su habitación. El sol ya ha salido y Dowoon por lo general está ahí para señalarlo diciendo algo como "Mira qué lindo se ve el amanecer" o "Solo me despierto temprano para verlo" o cosas así.

Se rinde cuando ya ha recorrido la diminuta casa. Es raro que Dowoon no le haya avisado de su salida, pero de cualquier modo no quiere quebrarse la cabeza con algo así, y menos cuando el mayor seguramente estará afuera haciendo cualquier otra cosa menos preocuparse por Seungmin. Así que todo lo que se limita a hacer es tomar sus cosas y salir por la puerta principal.

Arrastra el caballete con una pequeña mueca de disgusto, se supone que Dowoon siempre lo ayudaba a llevar sus cosas hasta la colina donde Seungmin siempre dibujaba, pero de nuevo, ese día Dowoon no esta ahí para cumplir con la rutina, y es estresante tener que hacer todo solo. Cuando llega a su lugar favorito deja caer las pinturas y el lienzo sobre la tierra mientras acomoda el caballete, luego toma el bastidor y lo coloca a la medida perfecta para pintar. Acomoda sus pinturas sobre la paleta y los pinceles los lanza a sus bolsillos sabiendo que a Dowoon le molesta eso.

Al entrar de nuevo por la puerta principal se da cuenta de que nada ha cambiado, todo sigue como lo dejó sin una pequeña pista de Dowoon, y comienza a ser raro porque Dowoon no suele dejarlo solo por mucho tiempo, es algo así como un niñero firme y asfixiante. Su mirada vuelve a recorrer el lugar, pero esta vez cae sobre aquella puerta que siempre permanece cerrada, y que incluso está un poco escondida entre los muebles.

Perdido;승황Donde viven las historias. Descúbrelo ahora