Capítulo 04: Etapa IV: Peligroso

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Golpeo con fuerza el saco de boxeo, el sudor corre por todo mi cuerpo.

Tengo horas entrenado aquí en el gimnasio de la agencia, mientras dejo que mis pensamientos tomen el control.

Ha pasado una semana desde que falle la misión, y aunque estoy preparada mentalmente para todo, no puedo evitar que esto me golpee con fuerza.

Suspiro dando otro golpee, otra gota se resbala por mi abdomen.

A pesar de la resistencia mental y emocional que yo pueda tener, sigo pensando en que quizás hubiera estado viva si yo hubiera hecho algo distinto, sigo pensando en cómo confió en mí y sigo sintiendo la sensación de su cuerpo cayendo de mi espalda.

Suelto otro golpe con rabia.

A pesar de todos esos pensamientos, algo que realmente me choca es la niña

Porque sí, Harden tenía una niña de solo cinco años que la esperaba.

—¡Joder! —Exclamo.

Tengo claro que cuando sé es parte de una agencia siempre existen estos casos, pero ni eso me hace sentir mejor.

Era mi responsabilidad llevarla con su niña.

Jadeo de cansancio y apoyo mi frente sudada en el saco, mi respiración acelerada hace que sienta un pequeño ardor en mi pecho.

Cierro mis ojos, pensando en todos los errores que cometí esa noche.

Como el error donde deje vivo a ese idiota que le aviso a los demás.

Ahora esa niña esta sin su madre.

—Quizás si hubiera hecho algo diferente —digo en voz alta.

—Tendré que enviarte a estudiar la Ley de Murphy —escucho que hablan, abro mis ojos y veo a Philips acercarse con las manos dentro de sus bolsillos.

—Ya la he estudiado —Hablo empezando a quítame los guantes negros.

—Pues entonces debes saber qué. "Si algo está predispuesto a salir mal, saldrá mal"

Lo miro.

—Eso no es muy positivo de su parte.

—¿A quién le importa lo positivo? —dice sacudiendo la cabeza —Mira, cuando algo tiene distintas forma de fallar, siempre lo hará la que más perjudique.

Suspiro negando con la cabeza.

—Es que... solo pienso en eso, ella confió en mí y ahora esa niña...

—Lo sé, a todos nos dolió la muerte de Harden, era muy querida y a la pequeña Sofía no le faltara nada.

—¡Le faltará su madre!

Me mira y yo empiezo a caminar por todo el lugar tratando de calmarme y analizar que acabo de gritarle a mi superior.

—Lo siento —digo después de un minuto —solo que sé lo que se siente perder a alguien siendo tan pequeño —comunico bajando la mirada —Mi padre también era agente...

—El agente Jonathan Burnett —Me interrumpe y yo lo miro expectante —El mejor de todos... nunca lo conocí en persona, pero era mi ejemplo a seguir.

Bajo la mirada otra vez sorprendida por la información.

»Esa tarjeta no llegó a ti por simple casualidad —Continúa —Sé que es difícil superar el primer fallo, pero eres más fuerte y te necesito activa, mostrando de lo que eres capaz.

Pongo mi cabeza firme y asiento.

—Sí señor.

—Tendrás una nueva oportunidad, una nueva misión. Ve a ducharte y te esperare junto al equipo.

Asiento y solo eso es suficiente para que se marche dándome una sutil sonrisa.

***

Entro al lugar donde se reúne el equipo y los saludo a todos.

Philips no pierde tiempo y en la gran pantalla frente a todos pone la foto y datos de un hombre.

—Este es Ibrahim Rizik, es un iraní que pertenece a un clan terrorista, suponemos que es un peón —dice mientras varias imágenes pasan por la pantalla —pero ese tal peón fue capaz de robar información Confidencial y peligrosa que en manos equivocadas es perjudicial para la humanidad.

—Los informes dicen que no se ha movido de Brasil —Informa Clara mirando su Tablet.

—Así es, tenemos que recuperar esos documentos antes de que llegue a sus cabecillas. —Continúa Philips.

—¿Cómo sabemos que aún no ha dado la información? —Pregunta Heidy sentada a mi lado.

—Porque esa información es bastante valiosa para no darla en persona e incluso teniendo sus radios, no van arriesgarse.

—¿Qué tan peligrosa es la información en estas manos? —Pregunto.

—Podría provocar la tercera guerra mundial —nos miramos entre nosotros —Esto es serio, nuestra misión es capturarlo y recuperar la información sin escándalo, esta demás decir que capturar a este terrorista quizás nos abra las puertas para los peces más gordo.

Nos hace señas a todos y nos ponemos de pie rodeando la mesa, Clara juega con su Tablet y luego en la mesa aparece la hermosa y gran amazonas.

—Sabemos que está escondido en la selva y es momento de ir por él.

Asiento firme y decidida.

En especial porque esta vez, no fallare...







Agente Burnett. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora