Capítulo 2

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Martes alrededor de las 6:00 am. Sanji se encontraba en el restaurante que heredo de su abuelo Zeff, probando algunas recetas nuevas en el fondo de la cocina, cuando de repente recibio una llamada de Zoro.

"¿Qué pasa Marimo? Estoy ocupado ya sabes", se quejo el cocinero nada mas descolgar el telefono.

"Ven aquí. Ahora mismo". La voz de Roronoa sonaba tranquila pero también bastante severa.

"¿De qué estás hablando idiota? Estoy en el restaurante ahora mismo y vamos a abrir pronto no puedo simplemente..."

"Luffy está aquí malditamente llorando, así que si no estás aquí en los próximos 30 minutos voy a patearte el culo", dijo Zoro simplemente y colgó el teléfono.

¿Luffy estaba llorando? Sanji rapidamente agarro sus cosas y se dirigio a la salida.

"¿A donde vas jefe?", grito uno de sus empleados tras el. Al oir la confusa voz detras de el, detuvo sus pasos y se dio la vuelta bruscamente.

"No es de tu incumbencia", contesto Sanji sin rodeos y quiso comenzar a caminar de nuevo pero entonces recordó algo, "Oh. Y también dejo el restaurante a tu cargo por ahora así que buena suerte", contesto el rubio y continuo caminando hacia su auto de nuevo.

"Ah bueno te vas del.... espera ¡¿Qué?!"

A Sanji no le importó la voz perpleja que gritaba tras él. No había tiempo que perder. Luffy no era una persona que llorara fácilmente. Luffy era el sol siempre presente en su grupo de amigos, era siempre la persona que te animaba de nuevo, siempre ese chico al que podías pedir cualquier tipo de ayuda y nunca recibir un "no" por respuesta. El carácter alegre y bondadoso del chico era innegablemente una verdadera bendición para todas las personas que le rodeaban, ya fueran familiares, amigos o incluso simples conocidos. Era su pequeño sol al que todos se sentían obligados a proteger. Y ahora que había llegado el momento en que Zoro y Sanji podían por fin devolverle al normalmente alegre y a menudo estúpido chico con sombrero de paja toda la amabilidad que les había mostrado, ambos iban a asegurarse de que Luffy comprendiera que no estaba solo y que, al igual que él, sus amigos estaban más que dispuestos a apoyarle.

Mientras Sanji se dirigía hacia sus amigos, Zoro intentaba desesperadamente convencer a un lloroso Luffy de que diera una explicación a todas las lágrimas que estaba derramando en ese momento. El chico de pelo negro estaba prácticamente aferrado a la camisa del hombre de pelo verde y aún no se había calmado lo suficiente como para sacar alguna palabra comprensible de su boca.

"tora..o...a-y ...e-entonces Bonney ..yo-yo solo--"

"Oi Luffy no pude entender ni una palabra de lo que acabas de decir... ¿qué tal si te calmas un poco primero, bueno? No importa lo que acabe de pasar, ahora todo está bien", aseguró Roronoa tranquilizadoramente y le dio unas palmaditas en la cabeza al chico de pelo negro para que se sintiera un poco más tranquilo. Las luces estaban apagadas, fuera seguía oscuro y la lluvia que había comenzado ayer por la noche aún no había dejado de caer sobre los edificios y las calles de la ciudad. La ropa de Luffy estaba completamente empapada por la lluvia, la cabeza del más pequeño descansaba sobre el hombro izquierdo de su mejor amigo, ambos sentados en el suelo del salón con la espalda del más alto contra el sofá y Luffy aferrando la camisa azul de Zoro con ambas manos como si su vida dependiera de ello, mientras su cuerpo temblaba de frío.

"Nada va a estar bien... no puedo creer que Law lo haya hecho de nuevo", murmuró el chico más joven.

"¿Qué? ¿Ese idiota te ha vuelto a decir algo malo? No te preocupes, estoy seguro de que no quiso...".

"¡Otra vez se acostó con Bonney, Zoro!", el chico de pelo negro levantó la vista del hombro de Roronoa, lo miró directamente a los ojos y apretó con fuerza la camisa de su amigo.

Lunes - LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora