Accro

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Cerrando sus ojos, evito deslumbrar en la oscuridad del callejón, aquellas joyas marrón oscuro.

Simplemente Odasaku-san no tenía remedio, ni vergüenza para este tipo de cosas por supuesto. Opuesto a él, quien con los pómulos teñidos de carmín, padece del sentimiento de bochorno.

Se sentía tan contento, y a la vez cansado, triste, roto; Vacío en el sentido de autoestima, aún cuando los labios de Odasaku-san presionaban contra los suyos, se sentía ajeno.

Todavía con sus dedos enredados en los rojizos cabello del mafioso que no mata, todavía cuando sus labios se juntan, y ni es solo eso.

Todavía cuando se funden el uno con el otro. . .

La sensación de traición forma un nudo en su garganta, las ganas de llorar y revelar todo de una buena vez, quizá y Dazai lo sabía pero Sakunosuke.

Ah Dazai, su pequeño hijo Osamu, un niño tan inteligente pese a su corta edad, al cual descuidas un momento y ya rehízo la revolución francesa seis veces por aburrimiento.

Un tierno adolescente que cuidaba junto a Sakunosuke, a su novio o como le gustaría tenerlo; esposo.

Al cual esta traicionando vilmente al formar parte del gobierno y la División especial de habilidades sobrenaturales, aún con sus manos enredadas en el cabello del más alto, sus manos tocando el cuero cabelludo solo puede sentirse sucio.

Encadenado por mentiras al gobierno que no traiciona porque. . . ¿Por que no lo traiciona? Una ideología quizás, ¿El riesgo de perder a su familia; Sakunosuke y Osamu?

Por su trabajo debería cortar toda relación romántica y platónica pero no puede.

Es adictivo cuál manzana prohibida del eden, cuál droga. Malditamente inevitable, se derrite en el japones de cabello rojizo, bajo su toque. Algo que no pueda dejar, es como consumir alguna sustancia ilícita, una adicción autodestructiva.

Pues si su jefe de la División especial de habilidades sobrenaturales se llegaba a enterar de este romance, será mandado a desmembrar, torturar y matar por alta traición.

Y si alguien de Port Mafia lo descubre, su destino será similar y peor, porque el encargado de su tortura posiblemente sea su hijo, Dazai. Dejar esto atrás es la opción que le resultara más factible.

No lo hace, se funde cada vez más bajo el toque de su Odasaku, sus labios unidos en un apasionado beso sellando un amor prohibido.

Un amor tan adictivo como una droga. Tan autodestructivo como la humanidad.

Solo era una adicción que iba a matarlo, pero eso quedaba en segundo plano cuando se perdía en aquellos ojos.

Así de tragicómico y cruel es el amor a fin de cuentas.

──Kagayaki--Hikari-Nyx

Odango los padres de Dazai,
fin de la discusión banda.

Addicted [Oda/Ango]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora