Sinopsis:
Wei Qian es un niño que muy pronto se hace responsable de su hermana pequeña, Xiaobao, y de Wei Zhiyuan, un niño que encontró abandonado en la calle y decidió adoptar, criándolo como si fuera su propio hermano. Viviendo una vida de pérdida...
El cuero cabelludo de Wei Qian se erizó al instante y un feroz escalofrío recorrió su espina dorsal.
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Wei Qian estaba tan enfadado con Song Xiao Bao que le zumbaron los oídos y todo su cuerpo se puso flácido. Wei Zhiyuan ejerció gran presión sobre él, Wei Qian forcejeó dos veces pero no pudo liberarse.
Song Lao-tai, que estaba en la cocina, tiró la escoba y entró rápidamente. Viendo la situación, tuvo mucho miedo de que Wei Qian abofeteara a Xiao Bao, así que la protegió de una manera astuta y sutil; primero le dio a Xiao Bao una ligera bofetada en la espalda y la culpó:
─¿Por qué le hablas así a tu hermano? ¿Estás loca?
Song Xiao Bao endureció el cuello, aún queriendo demostrar que era dura e intransigente, pero sus lágrimas empezaron a caer.
Song Lao-tai suspiró, de pie en el vórtice de este conflicto familiar entre Wei Qian y Xiao Bao, dijo con una actitud de presidir la situación general:
─Xiao Bao, si me preguntas, diría que todo es culpa tuya. Le dijiste algo malo a tu hermano. Ahora eres joven y no te va bien en la escuela, ¿qué vas a hacer en el futuro? Incluso para ir al mercado a comprar verduras conmigo necesitas saber calcular el dinero. ¡Dios mío! estás en secundaria.
Xiao Bao se secó las lágrimas con fiereza y dijo:
─¡Ir a la secundaria no trata de que los estudiantes aprendan a contar cambio!
Con la perspectiva única de una persona totalmente analfabeta, Song Lao-tai replicó con seguridad:
─¡Tonterías! Nuestro secretario del partido en el pueblo era estudiante de bachillerato, en aquel entonces se le daba muy bien el cálculo.
Tras la perturbación irracional de la anciana, la cabeza palpitante de Wei Qian por fin se calmó un poco. Levantó la cabeza hacia atrás y miró al techo durante un rato, luego respiró hondo, calmó el tono y le dijo a Wei Zhiyuan:
─Déjame ir".
Wei Zhiyuan continuó sujetándolo. Una vez sintiendo que los violentos latidos de su corazón finalmente se calmaban poco a poco, soltó lentamente la mano con la que le sujetaba la muñeca, pero cuando miró hacia abajo, descubrió que la muñeca de su hermano mayor había sido dañada por él mismo.
Wei Zhiyuan rápidamente la sostuvo en la palma de su mano y la frotó con la punta de sus dedos:
─Hermano, Xiao Bao es sensible, cuando no estás cerca parece entender las cosas cosas, ahora sólo está actuando como un bebé contigo, mira, esa chica está a punto de llorar como una Meng Jiangnu*, no te enfades.
[*Meng Jiangnu es un personaje de una antigua novela china (1)]
Song Lao-tai quien se encontraba al lado, asintió repetidamente y al mismo tiempo pensó irónicamente: «ésta es la diferencia entre los educados y los incultos, ¿por qué no puede decir palabras tan bonitas?»
