– no tengo que ponerme. —desesperada grite, emma trato de tranquilizarme—
– no seas exagerada, tienes cientos de vestidos.
– sí, pero ninguno que me guste.
– qué tal con este? —miraba el vestido que hice hace unos días pero no me convenció y lo dejé arrumbado—
– es un vestido que yo misma hice, me quedó espantoso.
– que dicesss! te quedó espectacular, admítelo.
– biennn, si me quedo bien pero no se.
– anda, robarás miradas.
– está biennn. —dije convencida— anda sal
emma salió de la habitación mía y de ovidio porque si, ahora vivimos juntos, a mi familia no le pareció pero no le quedaba de otra que aceptar la felicidad de la princesa.
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me vi en el espejo varias veces, y si me miraba muy hermosa para ser sincera.
– mi amor? todos están preguntando por la reina de guzman. —reí y salí del closet—
– cómo se ve la reina de guzman? —por lo que veo quedó embobado—
– amor, te ves muy sexy e hermosa. —me agarro de la cintura—
– vamos a abajo porque en una de estas no bajamos. —reímos y nos bajamos—
estaba don joaquín, emma, las gemelas correteando de un lugar a otro, iván y su novia, alfredo y elsa, mi familia, algunos amigos de ambas familias, socios e amigos.
– iré a ver a los plebes. —ovidio me dio un beso corto y se fue—
– tu debes ser la novia de mi ovidio. —reí—
– de tú que?
– como escuchaste querida.
– jajajaj, te conozco?
– tú a mi no, pero yo a ti si, debo decirte que él hace el amor tan rico. —sentí que me hervía la sangre—
– piensas que con eso me darás celos? estás muy equivocada preciosa. —me fui de ahí—
– me puedes explicar porque una monjigata dice qué haces el amor muy rico y que me conoce a mi pero yo no a ella. —le dije a ovidio—
– estás celosa chula de esa? no deberías, ni siquiera la conozco.
– seguro?
– te lo juro, chula.
– bueno eh.
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cortito porq ya no tenía inspiración
una disculpa por estar inactiva pero me quede sin ideas, literal.
