× 𝚁𝚎𝚋𝚎𝚕𝚍𝚎 𝚜𝚒𝚗 𝚌𝚊𝚞𝚜𝚊 ×

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"¡Tú no la entiendes!¡Nunca la entiendes!"



"¡Porque está loca!¡¿Quieres dejar de apoyarla un día y darte cuenta de que está mal?!"




"¡¿Oh ahora ella está mal?!¡Tú eres quien la tiene ahí adentro por Dios!"



























Ugh...al menos podrían gritar más bajo...— Susurró para si misma casi arrastrando sus palabras, mientras sostenía su cabeza la cuál no dejaba de doler ni sangrar, no era raro que una adolescente discutiera con su madre, pero que esta terminara con la madre lanzándole un florero en la cabeza a la hija....no es muy común; y que la hija terminara encerrada en un armario mucho menos, pero estaba acostumbrada a estar ahí, lamentablemente.

Mientras tanto frente al mueble que servía de prisión, se encontraban los dos participes de la discusión, Eiden odiaba que agredieran a su querida hermana, y más que terminara en ese lugar y esta vez que además de encerrada estaba herida, simplemente no podía quedarse de brazos cruzados, no esta noche.—¡Tú eres la loca!¡¿Quién le arroja un florero a su hija?!¿Realmente no ves lo que está mal contigo?

—Lo único malo conmigo es esa malagradecida en mi vida, no malgaste mi vida criandola para que me falte al respeto de esa forma.— Finalmente hubo un silencio, la expresión de su ahijado era una extraña mezcla de molestia, incredulidad e incluso frustración, y aunque lo que esperaba era que volviera a gritar fue todo lo contrario, solo soltó una risita baja lo cual la frustró ahora a ella, quién no pudo evitar ponerse más a la defensiva.—¿Qué Eiden?¿Qué es tan gracioso para que te rías en este momento?

Él solo se mantuvo en silencio, odiaba las confrontaciones pero, ya estaban en una así que ¿Que más daba?—...¿Tú la criaste?¿Enserio?¿ la criaste? Porque hasta donde yo recuerdo, eh pasado los últimos doce años de mi vida cuidándola y protegiéndola, cosa que tú deberías estar haciendo pero ¡Oh sorpresa, tu eres de quién la debo proteger!

—Por favor, ¿Enserio crees que porque le sigues la corriente en sus caprichos la estuviste criando? No seas ridículo.—

—¡No!¡No voy a dejar que me llames así está vez! ¡Fuí yo quién la a alimentando todos estos años, quién la peinaba para la escuela y planchaba su ropa, quién la atendía cuando enfermaba y cuando se lastimaba o TÚ la lastimabas! La eh acompañado cada noche de pesadillas, cada día en que lo único que quiere es gritar y destruir todo por todo lo que ha vivido, le enseñé a atarse los cordones y la acompañé el día que se puso a llorar en el baño por tener su primer periodo y esa noche en el hospital que...—Simplemente no pudo terminar, ese simple recuerdo causó un nudo en su garganta, además, su hermana seguía escuchando todo... así que solo suspiró para calmarse, respirando profundo para tratar de hablar disimulando su enojo y sus ganas de llorar por la rabia, pero era un mal mentiroso.—Todos estos años....desde que la conozco eh tenido que ser un padre para ella más que un hermano, porque en lugar de ser su madre decidiste ser el monstruo con el que sueñan los niños y dibujan para sacarlos de su mente...has lastimado a mi niña, pero aún así te atreves a decir que la que está mal en esta puta casa es ella.

—Ella no es tu niña, no es tu hermana no es nada tuya, es mi hija y yo decido lo que hago con ella.— Dió un paso más hacia él, mirándolo con "firmeza" para describirlo de alguna manera, pero para los hermanos era la mirada, esa que lograba debilitar a la menor y ahogar su voz, pero no servía con él, así que solo se giró para tomar la llave en el mueble donde antes estaba el florero para abrir el armario, suavizando su mirada al ver el estado de su pobre hermana que apenas y estaba conciente, así que la cargó con mucho cuidado y cariño, cosa que no le agradó para nada a la amorosa madre.—¿Qué crees que estás haciendo?

Historias de la familia Taler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora