14. 𝐋𝐀 𝐂𝐀𝐌𝐀 𝐌𝐀𝐌Á 𝐋𝐈𝐗

1.3K 110 65
                                    

⇆ㅤ◁ㅤ ❚❚ㅤ ▷ㅤ↻

Fue casi un año después.

Los dos nos habíamos acomodado a estar algunas veces en su cada y otras en la mía durante los fines de semana. Seguimos saliendo a citas y también nos gustaba platicar hasta el cansancio.

Había regresado a la universidad y me gustaba pasar mis horas libres mirando mirando Hyunjin desde a fuera de su salón y luego esperarlo para almorzar juntos.

Fue nuestra mejor época. Ambos festejamos nuestros cumpleaños en un viaje a las montañas y también fuimos a Disneyland. En nuestro primer aniversario fuimos a un concierto de Twice y pasamos la noche en un hotel cercando al auditorio.

Ya no follabamos a lo descarado como al principio, ahora nos tratamos con amor y salíamos a explorar la ciudad cada que podíamos.

Hasta que una tarde recibimos una mala noticia: el hermano de mamá estaba muy enfermo.

Mi tío vivía en las afueras de la ciudad, en e campo. Vivía solo desde que la abuela murió. Jamás se casó y no es que le haya importado mucho, era un tipo un tanto amargado al que nunca le gustaron las relaciones y mucho menos los niños (era muy parecido a mi hermano Yeonjun ). Cuando enfermó, mamá aveces también iba. Hasta que su enfermedad empeoró y a
Yeonjun le empezó ser más difícil apoyarlo.

Entonces mamá me pidió ayuda a mí. Quería que yo dejara la ciudad temporalmente y le ayudar a ella y al tío por un tiempo.

Intente hacerle entrar en razón del porqué no me podía ir al campo, pero era imposible, porque incuso me echó en cara cuando me había ido a Busan.

—Venga, que sólo serán un par de meses. Después puede regresar a la ciudad y continuar con tus estudios —me habían dicho, como si todo fuera sencillo.

—¿Y Hyunjin? ¿Cómo se supone que le voy a dejar? 

Mamá pareció no comprender en ese momento lo importante que se había vuelto Hyunjin en mi vida. Con un tono indiferente, ella me dijo:

—Pues lo dejas. Si te quiere, te va a esperar

—No me iré. Definitivamente no. Que el tío se consiga otro imbécil que le cuide. No seré yo —dije por último.

Jamás debí hacerlo. Recibí una muy buena bofetada de su parte y un: «Lo harás porque yo lo digo».

Ese día, cuando vi a Hyunjin, tuve que contárselo de golpe.

Los dos nos pusimos sentimentales y lloramos por un buen par de horas abrazados uno del otro. También fallamos mientras llorabamos. Suena gracioso ahora que lo recuerdo, porque esa vez llegamos al orgasmo, con los ojos húmedos pero el rostro excitado.

Mamá me había dado dos semanas para pedir un nuevo impás en el colegio y hacer mis maletas.

La última semana que me iba, Hyunjin había ido al departamento a ayudarme con mi maleta. Tenía todo hecho un caos entre lo que me iba a llevar y lo que no.

Hyunjin había llevado una buena cantidad de fotografías impresas de nosotros juntos.

—Las debes pegar junto a tu cama, ¿Si? Es para que nos veas todos los días.

Revisé cada uno de los retratos que había puesto y sonreí con el último. Era una fotografía de él.

—Una vez me dijiste que era tu favorita. Y tú me la tomaste.

En la fotografía, Hyunjin llevaba un disfraz inflable de dinosaurios y se venía tan tierno y chistoso que por la noche, al regresar al departamento, se lo arranqué de un jalón. Pero eso es otra historia.

𝐇𝐀𝐆𝐀𝐌𝐎𝐒𝐋𝐎 𝐄𝐍...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora