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Samuel se encontraba en su despacho, todos lo sabían porque la melodía de un bello piano se encontraba resonando a través de las finas paredes del despacho tan elegante y majestuoso. Por una parte, ser un detective de gran prestigio local tenía sus ventajas, por la otra, estaba su grave problema con la sociabilidad, con lo cual no era muy bueno, pero sí lo era observando y deduciendo pistas, resolviendo misterios. Precisamente por eso todos en el pueblo lo amaban, era el detective local. Solo había un problema...

- Samuel...- picaron a la puerta, detuvo la melodía del piano y suspiró pesadamente desviando la mirada hacia la puerta, se levantó y se dirigió a ella, la abrió.

- ¿Sí? ¿En qué puedo ayudarte?

- Otro caso igual que los otros.

Samuel dejó caer los hombros y encarnó las cejas, parpadeó con incredulidad. Suspiró profundamente y negó lentamente con la cabeza. Otra vez se repetían las cosas, no podía hacer otra cosa que darle su pésame a la familia, porque otra víctima ha Ia caído.

... En el pueblo había un asesino en serie que siempre mataba a sus víctimas de la misma manera, mordía sus cuellos brutalmente y las víctimas se desangraban agónicamente.

- Hay otra cosa que tengo que decirte...- Samuel encarnó las cejas.- Hemos pedido ayuda a otras ciudades para ayudarnos a encontrar a ese asesino.

Los ojos de Samuel se abrieron en shock y su piel se puso pálida...

En el pueblo había un asesino, un asesino en serio sin prejuicios que mataba indiscriminadamente y mordía sus cuellos para succionar su sangre. Ese asesino en serie era un vampiro y él, como detective local, debía encontrarlo. Que pidieran ayuda a otras ciudades era una humillación para su orgullo y para su carrera.

El problema principal de ese asunto... es que él era la presa y el cazador al mismo tiempo si realmente el detective de otra ciudad acudía para ayudarlo...

- E-Estupendo...

... Y traer a otro detective de la ciudad cortaría su riego de alimentación sin precedentes y sin que nadie le parase los pies... Todo se veía truncado por su insensatez y su poco tacto. Maldijo internamente.

- Llegará mañana aproximadamente, esperemos que no haya otra víctima.- Samuel asintió con la cabeza.

Tenía que ser precavido.

...

La melodía del piano resonaba por toda la estancia de oficinas, que el detective de prestigio tocará el piano para concentrarse en sus hipótesis y poder sacar conclusiones anticipadas y totalmente exactas era un método que extrañaba y sorprendía a todos. Pero funcionaba, eso era lo que contaba en aquel trabajo. Aquella vez la melodía fue interrumpida por la voz de un hombre, áspera, Samuel temió que aquel fuera el detective de otra ciudad, pero este solo era el padre... El detective de otra ciudad era un muchacho casi de su edad, veintipocos. Un prodigio, según decían, pero su personalidad dejaba mucho que desear.

- Entonces, ¿Estás diciendo que el asesino en serio podría ser un vampiro? ¿Y te haces llamar el mejor detective de la ciudad?

- No me hago llamar. Y no estoy loco...- le pasó una fotografía de uno de los cadáveres examinados en el forense.

- Oh, pues sí parecen mordiscos...

- Son. Son mordiscos...- dijo con seriedad.- El asesino es un vampiro o al menos utiliza la boca o unas garras que parecen colmillos y siempre ataca el cuello de las víctimas...

- ¿Has encontrado alguna pista?

- Es alguien joven y esbelto que no quiere que nadie sepa su paradero, pero es un incompetente por no limpiar la sangre o deshacerse de los cuerpos...

60.- La masacre (LGBT+ Vamp romance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora