案 : 𝗡𝗔𝗦𝗧𝗬﹙𝗌𝗎𝗆𝗆𝖾𝗋𝗓﹚

NASTY

Nakamura Kazuha no era el tipo de persona que andaba atrás de alguien, las mujeres siempre la persiguen a ella.

Hasta que Chaewon apareció.

Al principio, cuando su mejor amiga Yena la presentó como su prima menor, Kazuha simplemente la había saludado sin interés. La familia de las coreanas era rica, así que esa niña también lo era, lo que no le movía ni un pelo a la japonesa porque nunca cumpliría los caprichos de una mimada.

Pero Chaewon comenzó a ser más recurrente en su vida, aparecía en las fiestas y reuniones. Sólo que no hablaba mucho, se concentraba más en su teléfono o en mantenerse callada, sin agregar nada a la conversación.

La novia de Yena, Yuri, había organizado una fiesta durante el verano para todos los que quisieran ir, ya que ella era una fanática de la diversión y la atención, todo el mundo hablaría de ella. Así que Kazuha asistió con Yena y otra amiga llamada Yunjin, con la cual mantenía una extraña relación puesto que se habían acostado juntas varias veces.

En un momento se separó de la pelinegra que planeaba llevarse a la cama esa noche para ir al baño, subió las escaleras entre empujones y finalmente llegó. Al parecer no cerró bien la puerta, ya que esta se abrió y mostró el rostro de Chaewon, tan bonito como siempre. La coreana abrió los ojos con asombro al notar que Kazuha estaba ahí, más grande fue su impresión al ver el pene de la mujer. Cerró la puerta inmediatamente.

A Kazuha no le importaba que la gente supiera sobre eso, aunque por alguna razón que Chaewon lo supiera de esa forma fue muy incómodo.

Cuando salió de allí minutos después, encontró a Chaewon al frente de la puerta, apoyada en la otra pared y con las mejillas completamente rojas. En días anteriores no le prestaría atención, ese día se le acercó porque temía haberla hecho sentir extraña de alguna manera.

"¿Estás bien?" preguntó en su oído por el fuerte sonido de la música, al parecer la otra no se lo esperaba ya que pegó un saltito. Kazuha quiso reir un poco pero lo ocultó.

"Todo bien, disculpa por entrar así, no sabía que estabas ahí." levantó sus ojos y Kazuha sintió esa mirada castaña atravesarla por completo.

Tragó duro.

"No pasa nada." trató de sonreír para disminuir su incomodidad, sólo le salió una mueca.

"Mmh, tengo que volver a buscar a Yena antes de que se ponga tan ebria que le pida matrimonio a Yuri otra vez." Chaewon señaló a las escaleras con una sonrisa.

"Uh, seguro, ve." asintió sin más.

Sus ojos no se despegaron de la castaña, Chaewon la miró una vez más y volteó. ¿Su falda siempre había estado tan alta? Kazuha podía jurar que estaba más abajo antes, cuando la vio al llegar a la casa. Incluso su caminar era diferente, lo hacía lentamente y moviendo sus caderas de forma que a Kazuha le recordaba las veces que las mujeres hacían eso mismo para llamar su atención, normalmente funcionaba pero esta vez su mente estaba confusa. ¿Estaría haciendo eso Chaewon, la niña mimada y callada que nunca le dice nada más que un "hola"?

Regresó a buscar a la pelinegra, estaba sentada en el sillón charlando con su amiga. Kazuha sonrió por pensar que quizás había conseguido un premio doble.

Después de un rato de plática con las dos mujeres, Kazuha sintió una mirada punzante. Despegó la vista de los bonitos labios de la pelinegra y se encontró con orbes familiares. La hermosa castaña estaba mirándola desde otro lado de la habitación, una mano sosteniendo su bebida con el codo sostenido por su brazo cruzado y una expresión que no podía descifrar. La japonesa le sonrió amablemente, pero recibió algo totalmente distinto. Chaewon se había mordido el labio discretamente, pero Kazuha se dio cuenta.