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Estaba sentado dentro del auto, el motor apagado, silencio absoluto mientras estaba totalmente tieso mirando a la nada pero pensándolo todo, cada detalle.

Su cerebro solo podía maquinar aquella frase:

"Jeon Jungkook, quiero que sepas que te deseo".

Una y otra vez, ya parecía disco rayado.

Su respiración era fuerte, entrecortada y ciertamente ruidosa.

Aún no terminaba de procesar lo que sucedía, pequeñas acciones que lo llevaban al más allá dentro de su imaginación. La chica que le gustaba y le traía loco le había besado con desespero y salvajemente, apresándolo en su casa.

Golpea su frente con el volante intentando despejar su mente, pero era prácticamente imposible. Estaba totalmente nublado por pensamientos que probablemente nunca imaginó tener.

En este momento tenía muchas ganas de sexo, parecía un animal en celo. Su mente le pasó malas jugadas imaginado lo maravilloso que había sido follar con aquella chica de máscara, necesitaba hacerlo otra vez. Pero al no tener rostro, su cerebro automáticamente lo reemplazó con un rostro conocido y que le gustara en demasía.

Sí, Kelly Price.

Su cerebro no estaba alejado de la verdad, su imaginación, de coincidencia había resuelto todo el enigma e inconscientemente sabía quien se escondía tras ese personaje llamado "Bunny".

Era momento de meterle quinto cambio al auto y salir de allí lo más pronto posible.

Eran esos segundos en donde en su mente cruzaba la idea de ir al bar, a buscarla, pero ya todos sabemos como iba a terminar eso. Pues Price tenía día libre. Es así que cuando llega aquel hombre al establecimiento del que tenía el mejor recuerdo sexual de su vida, aparece en frente de todos con un rostro desesperado y empapado de sudor. Dejó de lado ese ser tímido y se acercó a guardia de la puerta roja, amenazante y sin vergüenza, pregunta con la frente en alto:

—¿Dónde está la coneja? —el guardia inclina ligeramente la cabeza y sonríe.

—¿Eres un cliente desesperado? —bufa un poco antes de apuntar a su entrepierna—. Está pontente el problema. ¿Te interesa otra prostituta aparte de Bunny? —pregunta dejando desconsertado al verdadero conejo.

—Quiero a la coneja. No me interesan las démas, solo la quiero a ella —. Aclaró y el oficial apunta con su índice detrás, diagonalmente una pequeña hoja —. Ve a leer eso, enfermito.

Rueda los ojos y se dirige hacia allí para leer con detenimiento las letras. Era un horario de atención y las personas que estarían cada día. Entonces su corazón se oprime cuando ve que su obsesión no entra en este día. Maldice por lo bajo, da media vuelta y camina fuera del espacio.

Está molesto.

Sube al auto y revuelve sus cabellos, estresado. Respira profundo, su miembro duele. No queda más remedio que jalársela en ese mismo instante en al auto.

Baja la cremallera de su pantalón, desesperado, ya cuando había desabrochado el botón. Ayuda con sus manos a bajar medianamente el bóxer y que su amigo rebotara sobre su abdomen bajo, suspira y tira la cabeza hacia atrás, era relajante no tenerlo bajo la presión de las prendas. Empieza a cranear si era necesario tocarse, de hecho, no quería hacerlo, su polla sí, su mente no. No estaba preparado, era primerizo en todo, y tal vez lo haya hecho una o dos veces, pero se cuestiona si es correcto masturbarse, y sí lo es, solo que nuestro compañero está asustado, como un niño estudioso.

Empieza a realizar ejercicios de respiración, necesarios para tranquilizarse. No pasan más de dos minutos cuando alguien toca su ventana, pega un brinco asustado y lo primero que hace es guardar su masculinidad, antes de girar su cabeza de manera robótica a su izquierda, aunque el vidrio está polarizado teme que le hayan visto.

Intenta enfocar su vista, cuando su boca se abre en un gesto sorprendido y automaticamente baja la ventana sin decir ni una sola palabra.

—Nos volvemos a ver, conejito.

No hace falta especificar quien había aparecido en este momento tan oportuno.

Su lencería de un brillante plateado y su máscara te hacían saber que había aparecido la obsesión del protagonista, allí, frente a sus ojos. Es algo tan idiota, hace unos largos minutos había estado con ella fuera de personaje, era increíble el nivel de psicológia que se podía manejar en estos momentos.

El corazón de Jungkook late con fuerza, era una sensación tan increíble, la tercera guerra mundial que se armaba dentro de su cuerpo era el extasis.

—Te estuve buscando —dice sin dejar de mirar sus ojos a través de la máscara.

—Lo sé —. Responde antes de empezar a caminar seductoramente alrededor del auto y subir del lado derecho como copiloto.

Largas piernas decoradas con unas sexys medias de randa negras, grande trasero y caderas, que mantenían unas bragas que tapaban nada más que lo necesario, pechos de tamaño regular decorados por un bonito brasier de tira fina que dejaba aún más al desnudo su espalda. Su cuello era decorado por un grueso collar de brillantes cadenas que mantenían diamantes artificiales como decoración.

Se colocaba el cinturón delicadamente encajando en medio de sus senos.

Cada mínimo movimiento y detalle eran capturados por los ojos lujuriosos de Jeon. De verdad necesitaba estar con ella.

Y por eso... aunque al día siguiente tuviese universidad le dice:

—¿Cuanto cobras por estar conmigo las veinticuatro horas?

La chica se sorprende y piensa: "¿Qué tan lejos puede llegar su deseo para que deje de lado el estudio y falte a clases?".

Sin embargo, Kelly no podía hacer eso. Veinticuatro horas daban para que Jungkook descubriese quien era.

Era peligroso.

—No puedo hacer eso, conejito. Es difícil para mí ocultar indentidad por veinticuatro horas. Simplemente no puedo — niega con la cabeza y le vuelve a mirar ya cuando Jeon está con un puchero involuntario por lo que había escuchado.

Se contrae el abdomen de Kelly, y no puede evitar eso que acaba de pasar allá abajo.

Se había mojado.

Su mano se acerca al rostro de Jungkook y su pulgar se posa en su labio inferior acariciándole delicadamente de izquierda a derecha.

—Eres precioso —dice y las mejillas del hombre se ponen coloradas.

El corazón de Bunny está apunto de explotar.

—¿Sabes, Jungkook? —aparta la mano de su labio y la coloca sobre su muslo haciéndole suspirar al chico—. Es la primera vez... que me gusta un cliente. Me gustas mucho.

Voltea a verlo y Jeon se mueve lento para mirale, abriendo la boca para decir una frase que hace sonreír a la coneja.

—Me gusta alguien más —respira profundamente relamiendo sus labios—. Su nombre es Kelly Price.

Virgin [Reverso] [J.Jk] - [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora