Claro que lo sabía, era demasiado obvio pero peligrosamente engañoso.
Esas suaves manos que acariciaban su rostro cada mañana eran las mismas que sin piedad arrebataban la vida de quién se interpusiera en su camino.
Lo sabía si, no eran el cliché así como Bonnie y Clyde por supuesto que no, jamás aprobaría lo actos de aquél bello demonio que cubría las calles de los barrios más bajos con sangre de inocentes, ¿pero su amor hacía él? Podría decirse que era igual de intenso que la pareja de criminales e incluso mayor.
No era su cómplice simplemente sabía cosas, no lo diría pero tampoco lo negaría, así de simple.
¿Su encuentro? Nada bonito ni siquiera romántico, era la persona correcta en el momento incorrecto, ese sonido asqueroso que dejaba escapar el hombre acorralado en el callejón, su sangre agolpándose en su garganta y escapando de su boca logrando ahogarlo, todavía el escalofrío le recorre por la espina dorsal.
Vio absolutamente todo y claro que también vio cuando esos ojos se fijaron en él y un extraño sentimiento se iba reflejando en ellos, no lo amenazó ni lo acorraló como a ese hombre, simplemente le sonrió de la manera más retorcida y dulce que pudo haber visto y desapareció junto al viento, lo más turbio vino después.
Durante semanas no supo nada de él, fueron días que le costaron desvelos y pesadillas sin descanso, no podía cerrar los ojos sin siquiera recordar el sonido que hacía la garganta del hombre, finalmente una tarde-noche que se animó a salir con sus amigos en su regreso a casa pudo ver de nuevo aquella sombra, ahora con víctima nueva y el mismo escenario sangriento, se quedaron viendo y de la misma forma que se había esfumado la primera vez lo hizo de nuevo.
Y cada fin veía lo mismo, siempre a la misma hora de la noche, siempre la misma escena una y otra vez que ya ni siquiera le causaba algo, un fin de semana todo cambió, era diferente ubicación como todos aquellos asesinatos que había presenciado, ya sabía que a dónde quiera que fuera lo encontraría, él lo encontraría.
Sin embargo, esta vez no encontró cadáver, ni sangre, ni aquél sujeto con el arma homicida, le extrañó demasiado aquél panorama peligrosamente tranquilo, tanto que se atrevió a meterse en uno de los tantos callejones que había por ahí, observó y examinó cada rincón del lugar encontrándose con nada todo estaba en orden, pero luego la sintió, esa presencia que corta tu respiración y te paraliza por completo.
- hola – voz grave, seria pero con un ligero temblor casi imperceptible, debió correr en ese momento antes de caer tan profundo… pero no lo hizo.
Con la poca fuerza que todavía conservaba se giró para verlo, era mediodía y mentiría si dijera que no estaba ansioso por ver la cara de quien descaradamente cortaba el cuello de personas frente a él.
No esperaba ver a alguien sumamente guapo que ya no supo si el aire que se le fue era por miedo o por la bella vista que tenía en frente.
Lo que no sabía ni siquiera se imaginaba era que su “atacante” sentía desfallecer ahí mismo, desde la primera vez que lo vio sintió algo en su marchitado corazón, un sentimiento que no quería dejar ir, perdió la cabeza buscándolo, sacando información de gente que sería tirada a la basura después de soltar lo que quería oír y creo todo esto sólo para ese bonito ángel parado justo ahí.
-Ninguna belleza podía igualarlo, era precioso tan hermosamente frágil.
- ¿qué es lo que quieres de mi? – y ese tono por dios, juraría querer llorar de la emoción y lanzarse de rodillas al piso como fiel creyente
- hacerte daño no es una opción claro esta
- ¿entonces..? ¿por qué hiciste eso? ¿no creíste que no me daría cuenta de que todos aquellos asesinatos los hiciste como cuenta regresiva para capturarme y matarme como todos los demás? No tengo nada para ti ni dinero que ofrecerte así que déjame en paz – valiente como sólo él puede serlo, una lotería hecha persona
- no hice todo eso para matarte cielo, yo sólo quería seguir encontrándome contigo, era la única manera en la que me recordaras y la única también en la que me notarías
Me paralice, otra vez ese escalofrío recorría no sólo mi espalda ahora era todo mi cuerpo y era extraño, muy extraño.
Por supuesto que no me sentía halagado, no era nada bonito aquellos actos cometidos sólo por una obsesión enfermiza que tuvo al verlo.
- te hubiera notado de otras formas, ¿lo sabías? No tenías que quitarles la vida – estaba temblado y no me daba cuenta
- ¿me tienes miedo conejito?
-Ni yo lo sabía, todo en mi indicaba que él era un peligro, no sabía lo que me haría después de esto y eso me tenía con los pelos de punta por supuesto, pero ¿asustado? No lo sé.
- ¿debería? – entonces lo vi reírse suavemente y acercarse un poco, no retrocedí
- ciertamente no, mis intereses por ti son otros
- ¿qué, eres un caníbal y vas a cenarme? – pensé en todas las posibilidades y eso era lo más creíble que vino a mi, y él solamente se rio más fuerte
- claro que no, solamente quiero una salida contigo es todo – la forma tan calmada en que lo decía y su posición tan normal, no parecía que hizo actos tan horribles
- ¿y por qué debería aceptar? No salgo con asesinos
- escucha sé que lo hago no está bien, pero todo tiene un propósito, sino lo hago yo alguien más lo hará ¿no lo crees?
Tal vez sino me hubiera dejado llevar por el bello brillo de sus ojos hubiera notado esa vil mentira.
- no lo sé…
- si tanto te molesta no lo haré, pero prométeme que me llamarás – terminó de acercarse y me dio un papelito con un número escrito en el – voy a estar esperando lindo, tranquilo si no quieres no te forzaré
Y se fue.La lógica sería llamar a la policía o simplemente tirar ese papel a la basura, pero no lo hice y después de dos semanas llamé.
Nuestra primera salida… fue de los paseos que siempre deseé, era ese tipo de cita que no te atreves a llamar cita y del tipo que sólo ocurría en el más bonito libro de poesía en uno de los estantes que tenía en la sala, me trató como una flor y no pude evitar que mis pétalos cayeran en sus manos.
A partir de ahí el torrente de emociones que se desbordó en una fuerte cascada fue imposible de contener, estaba completamente mal y por amor a dios jamás encontraría a alguien como él.
Muchas citas vinieron después, tiempo en el que no clavó su cuchillo en el cuerpo de alguien y esa noche en la sala de su departamento nos besamos por primera vez en todo este tiempo, fue tan emocionalmente explosivo y tan delicado, desde ese día el amor que siento por él junto a la calidez que se instala en mi pecho cada que sé una mínima cosa sobre él no ha parado.
Los meses avanzaron tan llenos de caricias, besos, palabras dichas bajo la luz de la luna y el calor de la chimenea, todo era miel sobre hojuelas hasta que decidió volver a “trabajar”.
Era su hobbie, uno de sus extraños momentos de placer, yo sabía lo mucho que mi chico amaba sentir el tibio líquido rojo correr sobre toda la extensión de sus brazos y al final de cuentas si él no lo hacía, alguien más lo iba a hacer ¿verdad?
Todos estamos destinados a morir y a este punto no me importaría que él arrancara el suspiro de la vida de mi boca.
No eres bueno para mí, pero como te amo cielo.
volví - ᨐฅ

ESTÁS LEYENDO
𖤐 serial killer
Short Storyˢʷᵉᵉᵗ ˢᵉʳⁱᵃˡ ᵏⁱˡˡᵉʳ ⊹ sólo se shipean cubitos ⊹ toxic alert! ⊹ historia original