"Nunca entendí porqué odiamos a la familia Tiburona, honestamente" dijo Pulpete en medio de una cena familiar. Todos quedaron en silencio viéndolo de una manera amenazante. Tragó saliva. "Pero no me molesta seguir odiándola." Finalizó para salvar el momento, todos regresaron a comer y reír.
Aunque, verdaderamente Pulpete jamás lo entendió. ¿Por qué se odiaban tanto? Podría jurar que lo había hablado años y años con sus hermanos y sus padres pero nunca entendió porqué, nunca se lo explicaron, siempre fue la costumbre y había que respetarla. Pero a él le costaba mucho respetarla. Aunque toda la familia Tiburona siempre los tratara de menos y los miraran con aires de superioridad, él, por alguna extraña razón podía empatizar con ellos. Todavía se sentía mal por la muerte de Don Tiburón y el sufrimiento que estaban pasando con tener a Tibunenne en el psiquiátrico. Pobres seres, ni el peor malhechor del mundo merecía algo así.
Se levantaba, iba al trabajo con Señor Sireno, insultaba a los Tiburones si los veía pasar, volvía, descansaba, su esposa lo besaba, jugaba con sus niños, y al día siguiente todo volvía a empezar.
"Es que en serio, no lo entiendo, mi esposa tampoco, creo que nadie lo entiende de verdad, y solo seguimos haciéndolo, ¿por qué odiamos a la familia Tiburona?" comentó una noche, mientras bebía sake con el Señor Sireno.
"Mira, si tanto quieres descubrirlo es momento de que nos pongamos en marcha con ese misterio, ¿qué dices? Las mujeres pueden esperar" le respondió el Señor Sireno, mientras miraba a su sirena al decir eso como indirecta de que se fuera. Ella, enojada se levantó y se fue.
Ese día se pusieron en marcha con el misterio de la desgracia que su familia siempre había portado. El Señor Sireno, por su lado, comenzó a indagar en el pasado de ciudad Mermeidia, para entender como era el lugar años anteriores y descubrir que tal era la relación de estas familias. Mientras que Pulpete, decidió hacer algo que hace años no hacía: visitar la cueva submarina de su padre. La última vez que había estado allá, solamente tenía 8 años, su hermana Pulpisina 6, y su hermano Pulperrín 19. Siempre pasaban buenos momentos allí.
"¿Pulperrín, que haces aquí?" al llegar, no se esperaba encontrarse con su hermano Pulperrín. Por alguna razón, toda la familia intentaba solo seguir la costumbre de odiar a los tiburones pero nunca querían hablar del porqué, o indagar un poco más allá, por lo cual le pareció raro ver a Pulperrín allí. "Creí que no te interesaba el pasado de nuestra familia."
"Es que sabía que vendrías aquí, y sinceramente tenía que fingir que no me importaba por Pulpisina, sabes como se pone al hablar de eso... Pero en realidad también quisiera saber la razón de todo esto" comentó con un poco de verguenza al admitirlo. Pulpete sonrió enternecido.
"Pues entonces comencemos a buscar" le dijo palmeando la espalda de su hermano con uno de sus tentáculos. Esa noche buscaron en todos lados, y no tuvieron suerte. No encontraron absolutamente nada, llegaron a sus hogares cansados y decidieron que era hora de dormir.
Al día siguiente, Pulpete se encontró con Señor Sireno muy temprano en la mañana.
"Dato curioso, ¿me creerías si te digo que ninguno de los ciudadanos quiso hablar del tema? Cuando les pregunté, se quedaron callados o me echaron de sus hogares..." le contaba Señor Sireno. Verdaderamente si era raro, ¿qué es lo que les daba tanto miedo de contar? ¿O quién era tan importante que nadie quería hablarlo? "Sin embargo, una señora del bar Fishes&Co, me dijo que en las afueras de la ciudad conoció a una persona muy allegada a tu padre y tu abuelo... Que quizás ella podría saber."
Pulperrín llegó al encuentro de ambos con una sonrisa y emparedados de crustáceos para ellos dos, y ensalada de algas para Señor Sireno. "¿Llegué muy tarde?" preguntó. Pulpete y Señor Sireno sonrieron. "Llegas justo a tiempo, nuevo compañero."
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𝓔ℕ𝕀𝔾𝕄𝔸, cuentos.
Mystery / Thriller11/09/23 !! tendrá un cuento de romance y los demás serán de suspenso