capítulo 1

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Daemon

Muevo mis caderas al compás de la música, mientras las mujeres gritan a mí alrededor con billetes en sus manos, esperando un poco de mi atención, me acercó a ellas tratando de recolectar todo el dinero posible.

Siento sus manos queriendo llegar más allá de lo permitido, sonrío con coquetería fingiendo que me gusta y me alejo lentamente para no ofenderlas y terminando mi show.

—¡Un aplauso para el espíritu maligno Daemon! —grita el animador, salgo sudado por el baile — no se preocupen chicas que el show apenas empieza, porque ahora toca recibir al rey de la selva, con ustedes y su melena indomable ¡Leon! — grita con fuerza su nombre, al poco tiempo con su melena rubia entra Leo, fingiendo rugir, su cuerpo es muy trabajado los músculos de sus brazos son los que destaca más, son de esos tipos que viven en el gimnasio, es gracioso pensar que cuando sale del escenario es como un gatito, que le gusta que lo consientan y le den sus juguetes, es una diva y su novio siempre le consiente todos sus caprichos.

Camino mientras saco todo el dinero que recibí, es increíble que en una noche pueda sacar el doble de dinero que podría ganar en un mes en un trabajo común.

Me falta poco, solo un año más y me salgo de esto, y todo quedará olvidado, podré iniciar desde cero.

—¿Que tal te fue ? — me pregunta Red, el diablillo rojo, mientras peina su pelo rojo.

— Cómo siempre — le muestro los billetes.

—Y la noche apenas empieza —empieza acomodarse los bóxer — te dije que este trabajo solo deja ganancia— Red es su nombre de noche y en el día es  un estudiante de medicina que le gusta la vida de lujo, el me hablo de este trabajo y me recomendó por mi aspecto.

—Lo se, pero esto no es para mi, apenas termine de pagar la deuda, me salgo — guardo los billetes apartando un poco para dar mi comisión al dueño.

—Todas las noches dices lo mismo.

— Porque es la verdad — me miro al espejo y no me gusta lo que veo, una deuda que no es mía me tiene encadenado.

A ellas les gusta mi cabellera castaña, les gusta mis ojos verdes y mi cuerpo, ellas dicen que es como una barra de chocolate que quieren comerse .

— Daemon te solicitan un privado en la habitación 17— entra Raul.

— Ya voy — doy un respiro largo para poder concentrarme, me levanto y me preparo mentalmente para que no sea una señora acosadora, con una fue suficiente y todavía me da escalofríos pensar en la señora que creyó ser mi dueña.

En este mundo hay dos reglas muy importantes.

Regla 1. Nunca digas nada personal, el misterio atrae y es una forma de protección, eso lo aprendí a la mala.

Esa señora parecía solo ser una mujer que quería compañia y ser escuchada, me sentí en confianza revelando donde me gustaba comer después del trabajo.

Gracias a Dios, mi familia no se entero de nada y todo se arreglo con un orden de alejamiento y una compensación que su marido me dio para no llevarlo a los medios, y eso era lo último que quería, pero ellos no lo sabían.

Regla 2. Nunca digas tu nombre real.

Esas son las dos reglas principales de este lugar, pero yo tengo dos reglas más que solo yo lo aplico.

Regla 3. Solo 2 veces con la misma mujer.

Regla 4. No aceptar ningún regalo eso les da poder sobre uno.

Las mujeres que vienen a este sitio vienen por dos razones una por diversión, ellas son las más fáciles de lidiar y las otras buscan conexión emocional y eso las vuelve más peligrosas, en este sitio tenemos clientas regulares que tienen sus favoritos y llegan incluso a mantenerlo y darles muchos regalos.

Conmigo solo pueden repetir dos veces, la primera para conocernos y la otra para despedirnos.

Me paro frente a la puerta y abro con cuidado, en ella se encuentra una mujer con un traje ejecutivo de unos 40 años, expresion dura, se mantiene muy bien, al parecer es una mujer que tiene mucho trabajo porque no deja el celular mientras bebe una copa de vino, es una mujer vip, porque pagó la habitación y atención completa eso quiere decir que puede hacer conmigo lo que quiera.

Este tipo de mujeres me gustan son más directas y piden lo que desean, solo quieren relajarse ellas no buscan nada mas que el servicio.

— Hola cariño — saludo con coquetería— que desea esta noche.

— Un masaje, pero primero quiero que te quistes la ropa muy lentamente, quiero disfrutar el espectáculo.

—Que música desea.

—Cualquiera de chopin— deja a un lado su celular y se quita su chaqueta.

— ¿Por qué no preguntas mi nombre?

— ¿Quieres que lo conozca? — pregunto.

— No me interesa, pero es raro que no lo preguntes— me arrodillo frente a ella y empiezo a quitar sus tacos, le doy suaves masajes.

—El masaje lo quiero después—me pone su pie en el pecho y me empuja de golpe —quiero que te quites la ropa.

Entonces lo hago el piano se escucha al fondo, y cuando estoy completamente desnudo ella toma mi pene y se lo mete a la boca.

****

—Daemon —me llaman por atrás y es la mujer de traje — estuviste muy bien hoy, me comentaron tu regla de solo dos veces, la mía es es solo una vez, pero si si me apetece volver a repetir te llamo.

Solo sonrió y me despido con un beso en su mano como si fuera todo un caballero.

—Será un gusto.

Conocer cual es tu lugar y que la clienta sabe lo que quiere, hace más fácil mi trabajo, estoy otorgando un servicio, no es la vida que pensé que tendría a mis 22 años pero es la vida que me toco sobrevivir.

— Disculpe — escucho una voz suave apenas se logra escuchar, me doy la vuelta y  no encuentro nada, al mirar abajo me encuentro con una mujer pequeña un tanto regordeta con una vestimenta un tanto peculiar una camisa gris que al parecer quiere cubrir todo el cuello, una falda larga que llega hasta los pies, con el pelo rojo  risado y una coleta de caballo, tiene unos lentes que quieren cubrir todos su rostro.

— Que desea cariño — le guiño .

— ¿Cuanto cuesta?

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2024 ⏰

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ELLA SE LLAMA ROSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora