Help me please...

Prólogo.

Su cuerpo últimamente actuaba por sí solo, ¿en que sentido?

Su lado demonio se apoderaba de él, no era nada bueno, cuando estaba en una misión y alguna persona salía herida, podía oler la sangre, pero muy diferente a como una persona lo sentiría, para el era un manjar ese olor, deseaba saborearlo, deseaba tomarlo.

Su forma demoníaca ya no sólo aparecía cuando el devoraba a esos monstruos, si no que aparecía en cuanto sentía hambre, mucha hambre, y últimamente le pasaba mucho, cuando veía heridos, cuando su sangre goteaba de sus heridas, su estómago pedía a gritos tomar aquel delicioso líquido. Cuando menos se daba cuenta, sus colmillos estaban presentes, sus ojos se tornaban de un color negro cual obsidiana, sus pupilas brillaban de un intenso amarillo al igual que las puntas de su cabello.

Esto le daba miedo, nadie sabía aquello, nadie, siquiera conocían su habilidad, estaba seguro que si los demás lo supieran, su cabeza ya no estaría unida a su cuello, en fin, pensó entonces que podría con aquello, pensó que pasaría, pensó que pronto acabaría, pensó que podría manejarlo solo.

Que equivocado estaba.

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- ¡Por favor! ¡No es lo que parece! -

- Trata de buscar una buena excusa, maldito traidor de mierda -

Y así como así, sintió que perdió la conciencia.

Cuando abrió sus ojos todo estaba oscuro, sintió algo en su cintura, como algún cinturón, lo toco y sintió el frío metal, ¿que era?, antes de resolver su duda vio como una puerta se abrió, y de allí, vio siluetas que se le hacían más que conocida, estaba aterrado.

- y bien... ¿Cuál es tu excusa? -

- ¿Por qué le preguntas?, usará cualquier cosa como excusa solo para que lo dejes vivir. -

- En parte tienes razón, pero es más que evidente que no será así, solo quiero ver que tiene que decir. -

- No le des la palabra... ya esta echo, y ahora merece un castigo por ello -

Sintió todo su cuerpo temblar, juraría que su cara estaba completamente palida.

El miedo se apoderó de él, el miedo y el dolor, pues aquellas últimas palabras no fueron dichas por cualquiera, claro que no.

- Ni-chan... -

- Cállate, no soy hermano de un maldito error como lo eres tu. -

Sus ojos se llenaron de lágrimas, pudo visualizar como su único familiar desenvainaba su arma y con prisa se acercaba a él, sintió aquel filo en su cuello, sabía que pasaría, y ya estaba listo para eso, lo estaba...

¿Realmente lo estaba?

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Mi primera historia de este personaje, espero les guste, será corto, dudo que pase de 5 capítulos, pero trataré de que sea de su agrado si puedo llamarlo así.

Nos vemos.