Misspreen Oneshots || Random topics

|| Winter Rest ||

A veces es imposible resistir las ganas de hacer lo que tu pareja te dijo que no hicieras. Es imposible cuando él estaba bromeando con la petición y lo único que tú haces es ayudarlo a que su periodo de hibernación sea mucho más tranquilo y sencillo de lo que debería.

Durante el día, Missa reúne bienes para llevarlos a casa. Durante la noche, le da un buen uso a los mismos.

Un híbrido de oso tiene que hibernar, pero su lado humano siendo el dominante también tiene que despertar, comer y moverse más seguido, por lo que el periodo de hibernación de Spreen son como largas siestas profundas y un breve periodo de tiempo para despertar y hacer un par de cosas que necesita. Obviamente su naturaleza le permite hacerlo todo él solo, pero el amoroso azabache con quien la pasa a diario no le permite hacer mucho con tan poca energía.

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—¿Cómo te sientes?—

—Cansado, no ha cambiado una pija.—

Y es que el mexicano ahora tenía que prestar especial atención a la conducta de su pareja. Algo que los demás no entendían pero él si era que hibernar a veces apagaba de forma repentina al oso, ya muchas veces había tenido que ponerse detrás suyo para evitar que cayera y se lastimara.

Ahí estaban juntos, era apenas de noche y el suave aroma de comida siendo cocinada inundaba el lugar, la nariz de Spreen amaba cuando pasaba eso, y Spreen amaba que quien estaba ahí con él era Missa. El híbrido no estaba completamente en sus sentidos, pero a la vez y como siempre estaba completamente consciente de ellos, si estaba ido por el sueño que ese periodo le daba, pero ya había pasado la mayor parte del día durmiendo y realmente necesitaba comer algo antes de continuar haciéndolo.

Por suerte, el azabache que usualmente portaba una máscara —la cual no estaba usando en ese momento, porque después de todo Spreen tenía su plena confianza y amor— se había encargado del asunto alimenticio. Ambos sabían que Spreen se había malacostumbrado a la cocina de Missa durante su hibernación, pero tampoco iban a hacer algo para cambiarlo. Les permitía pasar más tiempo juntos.

—Bueno, pero toma agua, te hace falta hidratarte cabrón.— Missa lo señaló con una mueca seria, pero después echó a reír a la par que se volvía hacia la olla y le servía un buen tazón de lo recién hecho al argentino. Parte de la magia de su relación era que no había cambiado su amistad, así que podían alternar entre sobrenombres amorosos o pesados y siempre estaban bien con ello. Spreen recibió el plato, cerrando los ojos e inhalando profundamente antes de disponerse a comer a un ritmo un tanto lento por el cansancio, pero la sonrisa nadie de la quitaba.

—¿Por qué la prisa por el agua boludo?... ¿O cómo me llamaste esa vez?— Comía con una sonrisa, sin lentes y un cabello despeinado se veía tan modorro como se sentía, pero se tomaba el asunto con humor. Después de todo, era Missa con quien estaba hablando, claro que se podía dar el lujo de divertirse. —"Chocokrispis."—

—¡Eso no fue lo que dije pendejo!— Respondió el susodicho con una fuerte carcajada, tenía muy en claro a qué se refería y no sabía qué le daba más risa, si la palabra equivocada o su novio borracho de sueño. —Te había dicho "chikistrikis", pero estaba ebrio y acordamos no volver a hablar de eso wey.— Y esa sonrisa sólo se la podía dar aquel hábil guerrero. Nunca acordaron no mencionarlo, Missa simplemente creyó que Spreen no lo recordaba.

—Seh, pero está joya, divertido de pronunciar.— Habló después de un bocado, ya ni siquiera se molestó en abrir los ojos por el sueño. Esa era una de las ocasiones donde Missa debía prestar aún más de atención para poder estar bien al pendiente de Spreen.