ＤＯＸＥＯ | ʰᵉᵉʲᵃᵏᵉ AU

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En ese momento iban en el auto de Heeseung, y Jake no sabía cómo describir el ambiente. Era extraño. Por un lado, la situación se sentía incómoda; después de todo, era la primera vez que salían juntos, solos, en un contexto diferente al habitual. Pero, al mismo tiempo, había algo reconfortante en la presencia de su hyung. Incluso en el silencio, Heeseung lograba transmitirle una sensación de calma que Jake no encontraba con facilidad.

Como había prometido, Heeseung preparó una playlist con canciones de BTS y Red Velvet. Jake no se sabía ninguna, pero fingía reconocerlas mientras asentía al ritmo de la música.

En ese momento "automatic" de Red Velvet estaba sonando y Jake estaba tan sumido en la letra que incluso llegó a pensar en ponerla en su playlist personal.

—Tenía el plan de ir a una feria. En unos días cerrarán, así que compré las entradas ayer. —comentó Heeseung de repente, sacando a Jake de sus pensamientos.

Jake lo miró con los ojos brillando de emoción. Las ferias siempre le habían encantado, aunque los juegos mecánicos no fueran del todo su fuerte. Le gustaba el ambiente, las luces, la comida, el sonido constante de risas y música.

—De acuerdo, hyung. Gracias por invitarme.

—El placer es mío, Shim. —respondió Heeseung con una sonrisa tranquila.

Shim.

Era un apodo que le traía recuerdos mixtos. Sus profesores solían llamarlo así cuando hacía ruido en clase, y su madre lo usaba cuando estaba a punto de regañarlo. Pero con Heeseung… ese simple "Shim" sonaba completamente diferente. Era casi como si se transformara en un apodo especial, algo íntimo y único entre ellos.

Jake rió por lo bajo. —Todavía me sigues llamando Shim.

Heeseung también se rió, relajando un poco la tensión en el ambiente. —Me gusta llamarte así. Aunque, si tienes un apodo mejor, puedo aceptarlo.

Jake se quedó pensando. Sus amigos lo llamaban "Jakey", pero ese apodo ya tenía un significado especial para ellos. Su madre, cuando estaba de buen humor, lo llamaba "Keke", y tampoco quería quitarle eso. Finalmente, suspiró con una pequeña sonrisa.

—Puedes seguir llamándome así. Me gusta.

Heeseung asintió, complacido, y el silencio volvió a instalarse entre ellos, pero esta vez era un silencio cómodo. Ambos sentían que les quedaban muchas palabras por decirse, pero el momento aún no era el adecuado para todas ellas.

❤️

El lugar era mágico. Jake no podía dejar de mirar todas las luces de colores que decoraban cada rincón. El ambiente era bullicioso pero agradable, y el leve frescor de la noche hacía que todo pareciera aún más perfecto.

—¿Qué te parece si empezamos con los juegos de premios? —sugirió Heeseung.

Jake asintió emocionado y señaló uno de los puestos que había captado su atención.

—¡Bienvenidos! —saludó el encargado del juego. —El objetivo es sencillo: disparen agua para guiar los patos hacia la puerta derecha. Si pasan por la izquierda, pierden puntos. Tienen un minuto para hacerlo, y dependiendo de su puntuación, podrán elegir un premio.

Jake aceptó el reto con entusiasmo. Se colocó frente a la pistola de agua y, al escuchar la señal de inicio, comenzó a disparar. Sin embargo, no era tan fácil como parecía; los patos se movían en direcciones inesperadas, y Jake no sabía cómo devolverlos al curso correcto.