𝗔𝘁𝘁𝗲𝗻𝘁𝗶𝗼𝗻 || Daerin (candyz) au

OO2

Garam, Eunchae y Haerin dieron millones de vueltas alrededor del colegio, hasta que Hyein le habló a Garam y tuvieron que obligarse a hablar.

Danielle miró confundida a Haerin, solo hasta que suspiró incómoda.

—Iré al baño— Jadeó la chica de ojos gatunos.

—Iré contigo, también tengo ganas de ir— Dijo Hanni, Haerin lo pensó y asintió, le susurró algo a Danielle y fue con Haerin.

Haerin entró al baño y un silencio incómodo apareció en la habitación.

—Hae, ¿te sucede algo?— Preguntó Hanni, pero no obtuvo respuesta —Haerin, te noto extraña, solo dime que te sucede— Solo obtuvo de respuesta un jadeo de Haerin.

—Podemos hablarlo si lo deseas— Siguió Hanni preocupada —¡Ouch!— Gritó Haerin, y Hanni sintió olor a sangre —Sal de ahí, Hae, ¡sé perfectamente que no estás menstruando!— Siguió la australiana, Haerin salió con una sonrisa en rostro —¿Nos vamos?— Preguntó ella dándose la vuelta, Hanni la agarró de la camisa y la tiró para atrás, de respuesta obtuvo un jadeo de su parte.

Hanni miró a Haerin y esta se puso incómoda —¿Dónde fue esta vez?— Preguntó ella —En ningún lado— Respondió Haerin incómoda.

Hanni no le creyó una palabra, así que levantó bruscamente su camiseta y ahí estaba el corte en su vientre —Quedamos en que ya no lo harías, Haerin— Dijo Hanni mientras agarraba un rollo de papel higiénico —Lo lamento, fue impulsivo— Se justificó con pena la chica —Eso no es una justificación, a ver, levanta los brazos y colabora porque no dejaré que Danielle te vea así. No te salvarás de las preguntas— La castaña comenzó a envolver papel higiénico en el abdomen de Haerin como si de una faja se tratara.

Al teminar pegó cinta y a la castaña se le dificultaba caminar —¿Ya me puedo ir?— Hanni la miró mal.

—¿Es obvio no? No te irás, te quedarás conmigo y le diré a Jung‐—

—No le digas a Jungwon, le dirá a mis padres y terminaré en un internado de todos modos. Les prometí que ya no lo haría— Hanni se sorprendió —¿Cómo que de todos modos? ¿Te amenazaron con ir a un internado?— Respondió la australiana.

Haerin no tenía más remedio que contarle lo que sucedía.

—Si dices algo juro que no te hablo nunca más— Amenazó Haerin.

—Por eso nos ignorabas, ¿eh? No te daré el mismo consejo que te dieron las demás, solo hazme caso, haz lo que te diga tu mente y piensa a largo plazo. No veas las cosas negativas que te pueden suceder, ve las buenas. Por cierto, ¡no dejes de hablarnos a nosotras! Que con Minji seamos lesbianas no significa que tú debas de serlo.

—Es que soy lesbiana.

—Genial entonces, pero, no intentes cambiar algo que no puedes.

—No quiero cambiar eso, solo-

—Sí querías cambiarlo, Hae, creíste que dejar de hablarnos e ignorar a cada homosexual habido y por haber te volvería hetero, cuando no es así, si tú eres homosexual, no se te quitará de un día para el otro. Podrías fingir que no eres homosexual, pero lo serás hasta el final de tus días, porque gustos son gustos, y te guste o no, a ti te gustan las mujeres, no importa cuanto lo sientas, así eres, Haerin. Y deberías amarte por ser así.

—Mis padres creen que soy rara... Y son mis pa-

—Hae, sé que son tus padres, pero no puedes cambiar por ellos, son personas que pueden irse o quedarse, y créeme que si no les gusta se querran deshacer de ti, pero en serio, si de verdad te quieren, respetaran tu decisión, y si no la respetan, ¿qué importa? A fin de acabo solo son personas que pueden morir mañana, tú también, y es mejor que mueras feliz y sabiendo que no fingiste ser alguien que no eras toda tu vida, al morir podrida por culpa de personas que les vales un pepino. Deja de buscar su aprobación y busca tu propia aprobación, Kang Haerin.

Las palabras de Hanni resonaron en la cabeza de Haerin y tomó conciencia.

—Además, tu hermano está por terminar la secundaria en dos meses, nosotras pasaremos al último año, ¿no vas a desperdiciar tu último año de secundaria pasándola para la cola? Tu hermano vivirá solo y créeme que estará feliz de que no te envíen a un internado y te vayas a vivir con él. Si tus papás son unos enfermos, su problema, pero el tuyo no es— Añadió la australiana.

Haerin solo pudo suspirar fuermente y abrazar a Hanni, gracias a ese abrazo se sacó un gran peso de encima.

—Te quiero, Hae, toma mi consejo y aplícalo, no hagas como el consejo de las demás que te entró por una oreja y te salió por la otra. Hazme caso, por favor— Susurró Hanni al oído de la menor.

—¡Aquí están!— Exclamó Hyein.

—¡Les dije que si venian les metería papel por el de abajo, vengan aquí!— Siguió Hanni agarrando el papel higiénico mientras perseguía a sus amigas.

Danielle se acercó a Haerin.

—Debemos hablar— Susurró Danielle, Haerin asintió.