𝗢𝗷𝗶𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗴𝗮𝘁𝗶𝘁𝗼 ; Daerin

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Haerin siempre fue ese tipo de chica que solo tenía un grupo de amigos. Siempre estuvo con ellas desde la primaria y aveces se ponía a pensar que haría sin ellas.

Hoy era Lunes, de vuelta con la rutina. Haerin estaba recostada en su cama, mirando al techo blanco de su cuarto esperando a que sonara su alarma pues siempre se despertaba un poco antes que sonara.

Su hermana Hyein estaba durmiendo en su cuarto roncando tan alto que se escuchaba hasta la habitación de Haerin.

- Dios, creo que esa es mi verdadera alarma. - Pensaba Haerin escuchando los ronquidos de Hyein.

Su alarma empezó a sonar y sin más demora se levanto de la cama para comenzar a estirarse para seguidamente bostezar.

Haerin salió del cuarto para ir al de su hermana.
Ni siquiera tocó la puerta, entro y tomo la primera almohada que encontró para después lanzarla a su hermana dormida.

- Despierta. - Dice Haerin en tono serio pues era ella quien tenía que llevar a Hyein a la secundaria.

Hyein se levanto de un susto saltando de la cama al suelo dándose un fuerte golpe en la cabeza

- Auch. - Decía la pobre Hyein entre gemidos.

- Creo que me pase está vez, perdón. - Decía Haerin riendo como un villano.

Hyein se levanto como pudo mientras se sobaba la cabeza.

Ambas fueron a la cocina para tener su desayuno rutinario de cereal.
Mientras Haerin comía miraba su celular mirando las actualizaciones de sus amigas en redes sociales.

Haerin y su hermana terminaron de comer, se alistaron y después de arreglarse salieron de casa recibiendo el sol de la mañana en todo su esplendor.

Haerin se montó al carro checando sus espejos retrovisores y poniéndose el cinturón, cómo debe ser.
Hyein entro azotando la puerta del carro en el asiento del copiloto mientras miraba su celular.

- Hyein, ¿qué te dije de la puerta? - Dice Haerin notablemente fastidiada.

- Si si, lo que digas, ya te pareces a papá. -

Haerin ladeó los ojos y comenzó a manejar hasta la secundaria de Hyein.
Después de unos minutos de conducción sin tráfico Haerin dejo a Hyein en la entrada de la escuela.

- Ten un lindo día. - Dice Haerin sonriendo dándole un beso en la frente a su hermana.

- Gracias. - Dice Hyein con desinterés saliendo del coche.

Haerin suspiro y decidió ir primero por un café antes de ir a la escuela.
Empezó a conducir hasta la cafetería más cercana y después de aparcar salió del carro para así entrar en el establecimiento.

Después de pedir su capuchino se sentó en una mesa a esperar su café.

Mientras esto pasaba Danielle entro repentinamente en la cafetería localizando a Haerin entre la gente y sentándose en su misma mesa sin decir nada.

Haerin se sorprendió por la presencia de Dani y rápidamente sonrió.

- ¡Dani! Que sorpresa verte aquí. -

- Sabía que estarías aquí entonces vine. - Dice Danielle con una sonrisa

Las chicas comenzaron a hablar mientras llegaba el café de Haerin.

Los ojos gatunos de esta última no paraban de contemplar la belleza de Danielle mientras ella hablaba, era como si el tiempo derrepente se detuviera.

Haerin aveces era demasiado seria pero cuando estaba con Dani era otra persona, quien sabe porque.

El café de Haerin llegó y mientras seguían hablando los minutos pasaban.

- Uh, creo que se nos está haciendo tarde, ¿quieres que te lleve? - Cuestionó Haerin a Danielle mientras terminaba su café.

- Claro, creo que no me daría tiempo a llegar caminando. -

Ambas salieron y se subieron al coche de Hae para dirigirse a la escuela.

Para este punto te habrás percatado de que a Haerin le atrae Danielle lo cual es un poco obvio. Desde hace un tiempo Haerin comenzó a sentirse diferente cuando solo estaba con Dani, todavía se sentía confundida del porque pero finalmente decidió aceptar que le gustaba.

Ella no se lo iba a decir a Danielle, aparte de que Dani era heterosexual ella siempre hablaba de los chicos que le gustaban de la Preparatoria y si, para la desgracia de Haerin era más de uno.

Ambas llegaron, Haerin estaciono el coche en el estacionamiento de la escuela y salieron casi corriendo para llegar a su primera clase.

Ambas estaban en el mismo salón y entraron apenas con lo suficiente.

El profesor las miro como quien mira la taza del baño antes de bajarle.

Las dos se sentaron donde siempre, al fondo una al lado de la otra.

Era muy buen lugar pues podían comer sin que nadie se diera cuenta y estaban al lado de la ventana, que mejor que comer mientras contemplaban el cielo.

Haerin tomo su celular y decidió twittear una indirecta para Dani cómo siempre lo hacía.