rockabye ; taeyong

일곱 ; LATE NIGHT QUESTIONS

Tercer mes,
semana uno, jueves.

Las noches en el hospital parecían alargarse cada vez más a medida que la semana avanzaba; cómo toda persona, había algo que a (T/N) no le agradaba de su trabajo, a pesar del tanto amor que le tenía a su vocación... ella odiaba con fervor los turnos nocturnos. Y es que, si de por sí un hospital no era un lugar del todo acogedor, durante las noches todo se volvía aún más frío.

Al dar una rápida mirada al reloj que decoraba su muñeca mientras caminaba por los largos y blanquecinos pasillos del edificio, las dos de la mañana estaban marcadas en la pantalla; y fue entonces cuando se percató que era el momento de dar una segunda ronda en el área de cuidados maternos, dónde un par de bebés yacían cálidamente en las pequeñas incubadoras que los mantenían al día. Al llegar al panel transparente que la mantenían fuera de aquella habitación, sus ojos se encontraron ligeramente iluminados. Su corazón siempre daba pequeños saltitos cada vez que veía a un pequeño ser dentro de aquel lugar y por alguna razón... Sun Hee Lee llegó a su mente.

Recordando la interrupción nocturna que había ocurrido hacía una semana atrás en la casa de Lee Taeyong, no pudo evitar el no pensar que a veces parecía que el universo siempre ponía algo en medio de ellos dos para que todas sus interacciones se viesen interrumpidas. Y... ¿era el universo? O más bien, ¿la señora Lee? Quién parecía encontrar el momento y lugar justo para aparecerse junto a ellos y es que por más que quisiera evitar el sentirse incómoda respecto a ello, no podía hacerlo. ¿Qué era lo que sucedía para que la señora Lee creyera que no debía ser bienvenida en la pequeña familia? Sí era por cuestiones monetarias, (T/N) era bien consciente que, en efecto, estaban posicionados en lugares diferentes, aun así, ella sabía bien que no merecía aquel trato. Sentía una especie de conexión con aquellas dos personas, que definitivamente quisiera mantener cerca. Era difícil de explicarlo; sabía que aquella situación no debía de pasar de lo meramente profesional, pero es que ni siquiera podía explicárselo a ella misma. Hubo algo, algo que la llamó tan pronto la pequeña Sunnie abrió sus ojos en la sala de maternidad y aunque su corazón fuera tan blando y amara sentirse alrededor de las pequeñas almas; ningún infante había cautivado más su corazón cómo Sun Hee lo había hecho.

Misma sensación de cautividad que le había provocado Taeyong.

Pero era muy pronto para admitirlo.

Así que gracias a la calidez tan enorme que sentía cuando estaba cerca de la familia Lee, sabía que aquel sentimiento no era algo que quería dejar pasar.

Aun observando a través de la gran ventana; (T/N) podía jurar que sus ojos se encontraban iluminados, cuánta paz había en aquellos cuerpecitos. Todos pequeños, sin ninguna preocupación que aquejara sus cuerpos. Eran en esos momentos dónde ella podía reafirmarse que había elegido la profesión correcta. A pesar de lo dura que podía llegar a ser a veces; no podría arrepentirse de aquella decisión. Podía pensar que algo estaba haciendo bien de su vida y eso logró que sintiera un poco de ardor en sus ojos... ¿acaso quería llorar? Estaba conmovida por alguna razón... razón que conocía bien, pero que preferiría ignorar.

Si de algo era consciente (T/N) era que la vida te daba oportunidades... que había otras veces que te las quitaba... entendía que la vida a veces te iluminaba y otras veces, ponía piedras en tu camino. Sabía y reconocía que la vida era un constante sube y baja y no había nada que ella pudiera hacer al respecto, más que aceptar y continuar con lo que la vida le otorgaba. Lo único que creía que jamás lograría comprender era él porque el universo había puesto aquello en su vida... o más bien ¿quitado? Algo que en algún momento le hubiera podido hacer una inmensa ilusión, ahora simplemente quedaría como un deseo en su interior.