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04-08-2014

Desde que el tenía memoria... siempre le habían gustado los shows de cocina.

El pequeño Bastian Lavalle, de 8 años, siempre veía la tele y comenzaba a ver el programa de su Cheff favorito, Steff Anderson.

Solo ver cómo toda la gente, ya fueran jueces o comensales comunes.

sonreían al probar sus comidas, el deseaba hacer lo mismo.

"¡¿Y QUE WEA QUERI QUE HAGA!?"

Los gritos de su padre, casi le arrancan el corazón, el pequeño, giro.

Vio a sus padres discutir nuevamente,era lo común, el estaba acostumbrado,pero está pelea especialmente parecía fuerte.

"¡NO ME GRITI, SE SUPONE QUE IGUALMENTE DEBERÍAI CUIDAR A NUESTROS HIJOS!" Gritaba con rabia su madre.

"¡YO LOS CUIDO CADA VEZ QUE TU SALI!"

Bastian dirigió su mirada al pasillo de la cocina, dónde diviso como sus hermanitos de 4 años, veían la pelea aterrorizados.

El se levantó del suelo, y apagó la tele, camino evitando meterse en la pelea de sus padres.

Hasta llegar con sus hermanitos,se agachó en sus rodillas y los vio a la cara.

"Vayan a su habitación... iré al tiro" les dijo

Sus hermanos, aún asustados, fueron al piso superior de la casa, hasta llegar a la puerta de su habitación.

Una vez, escucho como se cerraba su puerta.

El mayor fue en dirección al refrigerador.

Tomando unas galletas, que había hecho hace unas horas,Cerro la puerta del refrigerador.

Volvio a caminar alejado de la discusión de sus padres hacia su cuarto,al llegar fue con sus hermanos.

"¿Tina,Niel?"

Vio a los alrededores de la habitación.

Buscando a sus hermanos, entonces vio unos pequeños pies debajo de un fuerte, compuesto de peluches, almohadas y sábanas.

"Hey...¿Qué hacen ahí?"Sus ojos color miel vieron a sus hermanos salir de su fuerte.

"Están gritando mucho..." le respondieron sus hermanos"Tenemos miedo" sus caras se veían profundamente tristes.

Su hermano mayor suspiro, sabía que estaban asustados y confundidos.

Era común que sus padres pelearán, lo hacían seguido, pero nunca habían discutido tan fuerte,como para que sus gritos se escucharán por toda la casa.

Eso debía ser demasiado para niños tan pequeños.

El hermano mayor vio la bandeja con sus galletas,y luego dirigió su mirada hacia los dos pequeños.

"¿Quieren una? Son nuevas, tienen mermelada y manjar" les acerco la bandeja con las galletas

Tomaron las galletas con sus pequeñas manos y las mordieron.

Los niños abrieron sus ojos, el podría jura que vio un brillo en sus pupilas.

Pero... esas caras tristes no se iban.
Los dos pequeños se acercaron a su hermano mayor y el los abrazo...

The KeysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora