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—Ella es mía.
— P-Pero... —trató de detenerlas.
— ¡Nadie es dueño de nadie!
— ¡Pero ella es mía!
— Dios mío. —suspiró Jisoo — Yo no soy de nadie.
— ¡Jisoo-ah! —le reprochó Roseanne con un puchero.
— Es que es verdad, no soy de nadie. —miró directamente la menor. — Pero por ti puedo hacer una excepción.
— Pero yo te pedí salir, Jisoo. —ésta volteó cuando la voz de im Nayeon interrumpió. — Respóndeme tú.
— Nayeon, yo realmente... no puedo aceptar. —acabó por decir. — Eres una chica muy linda, pero yo ya acordé salir con Rosé para esa feria. Lo siento mucho, de verdad, me lo hubieses pedido antes y probablemente hubiese aceptado, pero Roseanne me lo pidió primero y no lo pude rechazar porque tampoco tenía con quien ir.
La rubia sonrió victoriosa.
Dos días después de que Rosé y Jisoo acordaran su salida a la feria de fin de año organizada por la escuela, específicamente el centro de estudiantes, Im Nayeon llegó hasta ella para pedirle la cita.
Porque Jisoo podía ser una nerd con pocos amigos, pero a causa de su cursilería reconocida por todo el salón, tenía a varias pretendientes e incluso varios que querían salir con ella.
Afortunada o desafortunadamente Roseanne ocupaba todo el corazón y mente de Jisoo.
— ¿Para las vacaciones de verano estarás libre?
— Umm... —tenía que pensarlo. — Supongo, no creo hacer mucho.
— ¿Podemos salir ahí?
— Ehh... —Jisoo miró de reojo el semblante serio de Park posado sobre la silueta de Im. — Claro, no es molestia ni nada de eso. —le sonrió.
— Genial, Soo —ella le devolvió el gesto de sonreír. — Te avisaré cualquier cosa.
Antes de retirarse, Nayeon dejó un coqueto beso en la mejilla de Jisoo. Incluyendo en el, una marca de labial difícil de ignorar.
Rosé lo notó y giró a la azabache cuando vio a la otra chica irse por el pasillo.
— ¿Uh? —la menor tomó sus mejillas— ¿Dejó una marca? — No lo sé, no me puedo ver.
— Pues claro que lo hizo, joder. —fingió molestia. — Podemos solucionar esto.
— ¿Solucionarlo?
La rubia asintió tiernamente, sacando de su bolsillo un labial bastante rojo. Kim frunció el ceño. — ¿Qué quieres hacer?
— Creatividad. —abrió el objeto y giró de el para poder pintarse los labios de un rojo bastante intenso. Palmeó sus labios entre sí para esparcir mejor el color, terminando por sonreírle a Jisoo coquetamente.
Tomó el rostro de la mayor entre sus manos, alzó sus pies un poquito para poder llegar perfectamente a su cara y junto a una sonrisa, comenzó a repartir beso por beso en la piel de Jisoo, dejando así marcas de labial por todos lados y provocándole un sonrojo intenso a la mayor.
— Listo, ahora todos saben que eres mía. —fingió inocencia.
— E-Eso suena tóxico. —tartamudeó.
— No lo digo literalmente, Soo. Sé que no eres mía y no eres de nadie, y que eres libre de hacer lo que quieras con la chica que quieras. —explicó. — Pero mi manera de decir frases lindas es esa, no conozco otra. — Ah... entiendo, que curioso de tu parte. —rió tímidamente.
— Soo
— ¿Si?
— Eres mi pedacito de cielo favorito. —besó su nariz.
Y eso que Park Chaeyoung odiaba la cursileria.
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