Niñera

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Su nombre era Christine Jackson, tenía unos cuarenta años.
Su imagen formal era lo que uno se esperaría de una niñera profesional y experimentada, y aún más de una con tan buena fama como la señora Jackson.

El matrimonio que ahora se planteaba seriamente contratarla era Tobias y Bridget James.

Que los jóvenes padres estaban desesperados era decir poco, pues ya no sabían que hacer con sus hijos mellizos Mark y Melanie.

Según le explicaron a Christine, al principio sus hijos eran unos niños encantadores..... Hasta que cumplieron los seis años. Había sido entonces cuando la actitud de ambos había empeorado gradualmente hasta convertir ya no sólo la vida de sus padres sino también la del todo el vecindario en un auténtico infierno, hasta el punto de que ningún niño vecino salía de casa al mismo tiempo que los hermanos James.

Y sin embargo, no se habían atrevido a recurrir a la ayuda de nadie, hasta que la mejor amiga de Bridget, sumamente preocupada por la salud mental de esta, le había aconsejado recurrir a Christine, célebre por ser capaz de enderezar a niños y niñas realmente difíciles.

–Y la cuestión es que esto no nos ocurrió con nuestros hijos mayores, y los pobres intentaron ayudarnos con ellos, pese a que nosotros mismos les dijimos que esa no era su responsabilidad.
Al final tuvimos que enviarlos junto con sus abuelos, así de peligrosa se volvió la situación también para ellos - remató Bridget desconsolada.

La niñera escucho todo con expresión comprensiva y atenta.

Cuando Tobias y Bridget finalmente terminaron de hablar, la miraron esperando ansiosamente la respuesta de Christine.

Ella no tardo en percatarse de esto y les sonrío a manera de calma mientras terminaba su taza.

Ya tenía una respuesta preparada para ellos pero aún así la medito un poco antes de verbalizarla:

–Entiendo por qué han tardado tanto en vencer su miedo a pedir ayuda, es algo totalmente normal y lógico en su situación, así que no deben de sentirse culpables por ello. Lo importante es que ahora yo estoy aquí con la solución a sus problemas.

Tobias sollozo de alegría mientras Bridget lloraba copiosamente.

–Nunca se lo podremos agradecer lo suficiente.

Christine sonrío de nuevo.

–Mejor háganlo cuando haya resultados sobre la mesa. De todos modos, tengo que aclarar que antes tendré que hacer un pequeño experimento con los pequeños.

Los James le miraron sorprendidos algunos instantes pero enseguida parecieron comprender y se retiraron del salón sin hacer preguntas.

La sonrisa de Christine se esfumó. Sin duda aquella parte sería siempre la más odiosa.

Con la mayor resignación posible, salió de la casa para ir junto a su coche y cogió la pócima que había preparado esa misma tarde.

Una pócima hecha con la sangre y parte de los sesos que había asesinado esa mañana.

Un pedofilo condenado varias veces, todas ellas por violaciones. Lo que Christine hacia tendría varias lagunas morales y hasta éticas pero al menos nunca utilizaba a personas inocentes.

Ya había tratado muchos casos cómo esos:hijos de licántropos que llegados a una determinada edad empezaban a sentir de repente una ansia extraña de sangre que se convertía en una crisis mental . Por fortuna esas crisis solían desvanecerse una vez que habían tomado a una víctima humana. Después de eso volvían a ser las mismas personas que eran antes.

Claro que luego estaba el asunto de los hermanos mayores de Mark y Melanie, aunque quería creer que le habían dicho la verdad, era mejor ser precavida,especialmente teniendo en cuenta la 'peculiar' situación de Tobias y Bridget.

Abrió la puerta con cuidado, tal cómo se esperaba los niños estaban completamente sedados. Algo que sin embargo era fácil de solucionar para ella. Con solo un par de palabras y un simple chasquido de dedos les despertó.

Los hermanos tardaron un poco en espabilar del todo y cuando lo hicieron la miraron confundidos pero no agresivos, ni tan siquiera molestos.

La causa del éxito de Christine: Ningún niño con poderes u dones sobrenaturales podría hacerles frente a una bruja capaz de eliminar presencialmente los sentimientos negativos.

–Hola niños. Soy Christine y os traigo un regalo.....

Todo el vecindario se regocijo al comprobar la vuelta a la normalidad de Mark y Melanie James.

Muy pronto todos no dudaron en expresarle su admiración a Christine cuándo ella volvió para comprobar cómo se encontraba la familia.

Bridget y Christine no tardaron en hacerse amigas;resultó que ella y Tobias decían la verdad al afirmar que sus hijos mayores habían salido bien.

Sharon, Cody y Celeste se llamaban.

Aquella tarde en la que ella y Bridget disfrutaban tomando el sol en el jardín, Christine recibió el siguiente anuncio.

–Mi familia se entero de lo que hiciste por los niños y quieren conocerte. Y el caso es que justo mis primos se casan el mes que viene.

–Es un gran halago para mí. ¿Y con quienes se casan tus primos?

Bridget cabeceó extrañada hasta que se dio cuenta del malentendido.

–Oh. Disculpame, Nick y Charlize se casaran entre ellos. Llevan prometidos ya cinco años.

Christine hizo un gesto de indiferencia.

–Entiendo.

O sea que puede que pronto tendria más trabajo.

Licántropos, sencillamente no lo podían evitar.

En cuanto tenían su primera transformación, se enamoraban apasionadamente de la persona con que tuvieran la misma impronta que ellos.

La cuestión es que esa persona en cuestión solía ser algún hermano o alguna hermana. A veces incluso con alguno de sus progenitores.

Esto primero era lo que le habían ocurrido a Tobias y Bridget.

Quien sabría si en el futuro sus hijos pasarían por lo mismo.

Y a causa de ello ella seguiría trabajando constantemente con niños y niñas de raza licántropa.

En fin. De algo tenía que trabajar.

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