diario de una adolescente

Rocío de una flor

Mis noches eran largas pensando en vos, lloraba porque lo nuestro no pudo ser, porque no quería perderte pero el tenerte a mi lado me mataba poco a poco. Hoy puedo decir que te superé, puedo decir que tu mirada ya no me pone nerviosa, que tus abrazos no provocan mariposas en mi estómago, que mis manos ya no sudan al tenerte cerca, y que al verte a la cara ya no ocacionas nada en mi.

Mi proceso no fue muy largo pero fue muy doloroso, el tenerte cerca de mi agobiaba, el no poder besar tus labios me desesperaba, y verte como lo mirabas a él me irritaba, no te culpo, el era hermoso.

Hasta el día de hoy aveces te observó desde lejos y pienso en que seria de nosotras si se hubiese dado, seríamos muy felices, pero el destino dejó en claro que estábamos mejor como amigas y aprendí a aceptarlo.

Ese día bajo la lluvia quise besarte, no lo hice porque me cague en las patas, tenía miedo de que me metas una cachetada y pasar vergüenza en la calle, aveces hubiese preferido vivir con esa vergüenza pero sabiendo cual era el sabor de tu boca.

Hoy en día puedo decir que te superé pero por más que lo niegue ese sentimiento sigue latente en mi, algo que nunca podrás saber porque se disimularlo muy bien.