La pérdida de su madre fue el detonante para que su odio contra los humanos apareciera y creciera cada vez más con el paso el tiempo.
Dejando de lado por un momento su reino sin cuidado alguno. Se deja llevar por su sed se venganza y llega a la supe...
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00. A LITTLE TRAUMA
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SENTIR EL AIRE ENTRANDO POR SUS BRANQUIAS HASTA LLEGAR A SUS PULMONES. No fue una sensación muy linda que digamos.
Ser arrebatada brutalmente del mar mientras sentía como aquella red la alzaba fue una sensación que en su vida olvidaría. Aún viendo el rostro sereno de su madre sabía que ella tenía miedo, cosa que no la tranquilizaba para nada.
Trataba de mantenerse fuerte, firme y sin expresión alguna. Pero su miedo era más fuerte, temía más por su madre que por ella misma.
La luz del sol le quemaba y le lastimaba los ojos, lo que provocó que su vista no fuera la mejor en ese momento.
A los pocos segundos sintió como era estampada contra una plana y dura superficie que la hizo sentir un fuerte dolor en su cadera y su brazo izquierdo.
Un quejido se escapó de su boca mientras se colocaba boca arriba sintiendo como el sol le daba directo en la cara.
—¡Átenlas y no dejen que escapen!.
Sus brazos fueron bruscamente tomados por otras manos a lo que trató de zafarse de aquel cruel y doloroso agarre para poder ir con su madre.
—¡M-Mamá!— gritó con fuerzas la pequeña sirena mientras veía como tomaban a su madre de la misma forma.
Su espalda chocó bruscamente contra una pared y después su cintura, sus manos y sus aletas fueron rodeadas por algo delgado, pero doloroso que le apretaban tanto que sentía que le iban a cortar la circulación de la sangre.
Cuando su vista se adaptó por completo y logró cubrirse un poco del sol con sus azulados cabellos, miró la condición en la que se encontraban sus manos, estaban fuertemente atadas por una cuerda algo desgastada, pero que sentía que le lastimaban y mucho.
