¿Por qué yo no?

Realmente no sabía cómo empezar con esto, hay tantas cosas que creo que me he guardo a lo largo de toda mi vida, que ahora que tengo oportunidad no sé cómo expresarlas. Trato de recordar como llegamos a este nivel en nuestra relación y la verdad es que me doy cuenta que nunca tuvimos una buena relación en primer lugar. Sin embargo, lo que sí recuerdo claramente es una pregunta que me he repetido más veces de las que me gusta admitir, ¿por qué yo no?

Cuando nuestras interacciones se volvían tan vacías y superficiales mientras más pasaba el tiempo, cuando me decías “te amo” o “te quiero” y en mis oídos se escuchaba tan falso y forzado, y tal vez era mi percepción, pero no podía evitar preguntarme ¿por qué con mis hermanos te veías más genuino que conmigo? Y repito, puede que haya sido solo mi percepción, tal vez si me amaste pero tus acciones distaban tanto de tus palabras, que para mí, una persona que confía más en las acciones que en las palabras, se me hace difícil creerte porque nunca demostraste amarme, y ahí volvía a preguntarme ¿por qué yo no? ¿qué te impedía demostrarme amor?

Es casi cómico el como siempre digo que no te necesito, o no te necesité, cuando claramente es mentira, durante toda mi vida te he necesitado, aunque lo niegue, y digo que es cómico porque aunque intenté convencerme de que no,  la verdad es que te he necesitado en situaciones tan sencillas como el aprender a manejar bicicleta, no me mal entiendas, realmente nunca me preocupo aprender, pero últimamente me he preguntado si mi poco interés era porque no quería o porque no tenía quien me enseñara; y es que el sentimiento que se posaba en mi pecho cada que veía a padres compartiendo con sus hijos algo tan simple siempre me llevaba a preguntarme ¿por qué yo no? y el hecho de que sí le enseñaras a mi hermano sólo reforzaba esa pregunta.

Siempre me sentí desplazada ¿sabes? y la primera vez que me hice esa pregunta y me sentí así, ni siquiera entendía lo que pasaba a mi alrededor, no entendía porque si te separabas de mi mamá parecía que te separabas de mi también, no entendía porque ya no te veía y cuando supe con quién vivías no pude evitarlo, todo lo que había en mi mente era ¿por qué yo no? ¿por qué no me escogiste a mí? ¿qué hice para que te fueras, para que te alejaras? para que escogieras a otros niños y esa fue también la primera vez que me sentí culpable, culpable de algo que no estaba en mi poder, y créeme, es tan difícil para una niña de 5 o 6 años sentir que hizo algo mal para que su papá se fuera, es tan difícil para una niña ver a su mamá llorar y no entender por qué, es tan difícil sentir que tienes que portarte bien con tan sólo 7 años para no preocuparla o estresarla de más porque la carga cada día era más pesada y a la vez sentir culpa por no poder hacer algo más, siendo tan sólo una niña, sin llorar por papá delante de mí mamá para no hacerla sentir mal y llorando escondida por extrañarte. Se convirtió en una rutina, el llorar a escondidas y mostrarme “fuerte” ante la gente, y ahí me puse mi primera máscara, la máscara de la niña perfecta que no le afectaba lo que pasaba con sus padres.

Y aunque hoy sé porqué se separaron todavía me sigo preguntando ¿por qué desapareciste? ¿por qué te separaste de mamá y de mi también? ¿qué tenía yo que ver en qué ustedes no fueran compatibles? ¿o en tus infidelidades? ¿Será que si fue mi culpa que me abandonaras? Realmente nunca quise que volvieran, ni antes cuando no lo entendía y mucho menos cuándo lo entendí, nunca pedí que volvieran, es que se les notaba por todos lados que no podían estar juntos, y yo lo entendía, sin embargo, yo sólo quería tenerte, que estuvieras presente, no creo que fuera tan difícil hacerlo, me esforcé, realmente lo hice, pensé que sí me portaba bien, si me esforzaba en la escuela volverías, pero no importa cuánto le intenté nunca pasó, no volviste, sólo aparecías a final de lapso o año escolar a pedir notas y te ibas de nuevo, y ahí me volví a preguntar ¿por qué yo no? ¿por qué si me esforzaba en ser buena tu no estabas ahí?