Prólogo

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El sol se alzaba en el horizonte, pintando de tonos dorados el vasto campo que rodeaba la granja de Wooyoung. En medio de la serenidad de la mañana, el joven de cabello castaño atado en una media coleta, con ojos que brillaban como las aguas tranquilas de un lago, se encontraba de pie junto a su fiel compañero, un pequeño dragón de escamas color esmeralda llamado Seiryu. Juntos, cuidaban un jardín de flores y árboles frutales, un lugar mágico donde los aromas y los colores se entrelazaban para dar vida a las mezclas de té más exquisitas.
Wooyoung era conocido en el pueblo como el Mago de las infusiones. Si bien era un apodo algo "exagerado" según Woo, no le molestaba en absoluto, pues le gustaban mucho los magos y su sueño era algún día convertirse en algo así como un verdadero mago verde, especializado en hierbas y naturaleza. Su destreza en la cosecha y la mezcla de flores y frutas había hecho que su pequeña tienda en el corazón del pueblo fuera un rincón muy querido por todos, pero lo que hacía que sus tés fueran verdaderamente especiales era la ayuda de su dragón, Seiryu, quien con sus garras delicadas recolectaba las flores más hermosas y las frutas más sabrosas, gracias a su increíble olfato.

El sonido de las alas de Seiryu aleteando suavemente llenaba el aire mientras se elevaba para alcanzar las ramas más altas de los árboles. Wooyoung, con una sonrisa en el rostro, observaba cómo su amigo alado recogía las frutas maduras con cuidado y precisión. Era una danza de armonía entre un humano y su dragón, un vínculo que iba más allá de lo que pudiese expresar con palabras. El jardín estaba en su esplendor en esa época del año, con flores de colores vibrantes que se mecían suavemente con la brisa matinal. El joven de ojos brillantes no podía evitar sentirse agradecido por cada día que pasaba en ese rincón de la tierra que había heredado de sus padres. Había aprendido de ellos el arte de cultivar y mezclar tés desde que era un niño, y ahora, como adulto, seguía su legado con pasión y dedicación. Después de un par de horas de trabajo en el jardín, Woo y Seiryu recogieron sus cestas llenas de frutas y flores. Sabían que tenían que volver a la tienda para comenzar el proceso de secado y mezcla. Mientras caminaban de regreso al pueblo, Woo pensaba en su cliente favorito, San, quien regentaba la cafetería vecina.

La cafetería de San era un lugar acogedor donde los lugareños se reunían para disfrutar de café y pastelería recién horneada, regularmente en las mañanas, aunque todo el día transitaba gente por la tienda. También era conocida por tener un ambiente relajado y cómodo, lo que la hacía el lugar perfecto para degustar los tés únicos de Wooyoung y las exquisitas preparaciones de café que realizaba su dueño. Además, al igual que su vecino y proveedor de tés, San tenía su propio dragón, un pequeño compañero de plumas doradas llamado Taiyo. El dragón Taiyo ayudaba a San a atender a los clientes y aportaba un toque mágico a la cafetería con su simpática y cariñosa personalidad, pues siempre se paseaba con suavidad entre las piernas de los clientes y se dejaba acariciar por ellos.

Cuando Woo y Seiryu llegaban al pueblo, la fragancia de las frutas y flores recién cosechadas flotaba en el aire, tentando a los transeúntes a entrar en la tienda de Wooyoung. Mientras entraba en su tienda, Wooyoung no pudo evitar sonreír al ver a San ocupado detrás del mostrador de la cafetería, con Taiyo revoloteando en el aire, saludando a los clientes. Ambas tiendas estaban casi completamente rodeadas de vidrio, tanto en la entrada como por los costados, por lo que ambos dueños se veían a menudo y compartían una que otra sonrisa cuando sus miradas se cruzaban.

El día estaba por comenzar, y el pueblo cobraba vida con la promesa de tazas de té y café. Wooyoung sabía que este día sería igual de especial que los anteriores, lleno de amistad, trabajo en equipo y el encanto único que solo él y su dragón, junto a San y Taiyo, podían brindar a su comunidad. Así comenzaba un nuevo día en la vida de Wooyoung, el Mago de las infusiones, y su dragón Seiryu, en su mágica tienda (y fábrica) de tés empaquetados. Un lugar donde los sueños se tejían con cada hoja y pétalo, y donde la amistad y la pasión por la creación de sabores únicos unían a dos almas en un viaje lleno de aventuras por descubrir.


The dreams' garden | woosan* ੈ✩‧₊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora