Malos Sueños.

Mal Sueño.

Una, dos, tres, cuatro... veinte, veintiuno, veintidós... cuarenta y tres...

『 Imposible... No puedo dormir... 』

Se dice frecuentemente que cuando una persona no puede dormir, lo que debía de hacer para conciliar el sueño era el contar ovejas. Fue así que Asuna decidió tomar ese consejo y comenzó en su mente a contar ovejas, sin embargo...

『 No puedo dormir, no puedo dormir, no puedo dormir... 』

No estaba siendo muy efectiva aquella noche.

—Ahhhh, ¿por qué no puedo dormir? —Se preguntó en voz alta.

¿Estrés? No era precisamente eso, pero...

Los recuerdos más recientes en el caso de Ordinal Scale llegaron a su mente.

『 Yo... realmente no puedo dormir... 』

Una vez más, Asuna se giró en su cama y cerró los ojos con la intención de dormir. A los pocos segundos su respiración se suavizó y se relajó lo suficiente para dormir finalmente; su cuerpo estaba cansado y era cuestión de tiempo de que eso sucediera, no obstante...

Criaturas extrañas atacando, espadas chocando entre sí, personas heridas por todos lados y... ella siendo excluida de todo y... siendo abandonada.

—¡NO!

Asuna se levantó y miró a todos lados; estaba en su habitación. Su mirada se dirigió al reloj en su mesita de noche y notó que eran las 3:30 AM. Solo había dormido una hora y media, pero en ese pequeño lapso de tiempo se le había hecho eterno.

Pese a que todo lo de Ordinal Scale había terminado, para ella todavía no.

Cuando todo acabó, pensó que todo regresaría a la normalidad, sin embargo... no fue así.

Durante todo el caso de OS, tenía miedo de olvidar todo y nunca poder recuperar aquellos recuerdos perdidos. Al terminar todo eso, pensó que eso cambiaría, y así fue.

Pero también llegó un nuevo miedo; con todo lo que pasó, ¿y si se volvía repetir algo como eso? ¿Y sí esta vez a quien olvidaban era a ella? ¿Y sí no había solución y era para siempre? ¿Y sí ella era aban...?

Asuna sacudió la cabeza alejando aquellos pensamientos.

Cuando la mínima posibilidad comenzó a existir en su mente, su inconsciente le comenzó a jugar una mala jugada y las pesadillas comenzaron. Hiciera lo que hiciera para evitarlas simplemente no funcionaba y ahora no podía, o mejor dicho, no quería dormir, y cuando finalmente conciliaba el sueño, se despertaba muy exaltada.

Y así, una noche más sin poder dormir transcurrió.

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Un nuevo día llegó y con eso, una cita con Kirito. Como Sugu y sus padres no estarían en casa por cosas del club y del trabajo respectivamente, ambos acordaron reunirse en la casa de él y pasar el día juntos viendo algunas películas al terminar los trabajos escolares que tenían que entregar la siguiente semana.

Y así es como Asuna llegó a la residencia Kirigaya, en donde fue recibida por ni más ni menos que por Kirigaya Kazuto.

—Bienvenida. —La recibió el azabache.

—Con permiso —dijo ella entrando con una leve sonrisa.

—Solo estamos los dos, no es necesario que seas tan formal.

—Pero...

—Pasa, pasa —dijo Kirito dejando que entrará—. Sugu me estaba recomendando algunas opciones para ver —comentó una vez ambos estuvieron en la sala, lugar donde pasarían la tarde, y vió que ahí, sobre la mesa, estaban varias películas esparcidas—. ¿Algo que te gustaría ver en particular? —Le preguntó mostrándole las portadas.