◈ Capítulo 8 ◈

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8|| Las consecuencias de vivir con mujeres (AKA las personas favoritas de Satán).||

Better man - Taylor Swift.

Roberta:

—O abres esta puta puerta, De la Fuente, o voy a tirarla —La voz de Kayla resonó por todo el piso, provocando que las fotografías que tenía atornillados en la pared del salón temblaran—, estoy hablando muy en serio, o quitas el seguro, o despídete de la privacidad.

Me encontraba lo que le seguía de aterrada, creía a Kayla muy capaz de destruir cualquier cosa que quisiera si tenía la suficiente cantidad de determinación acumulada para lograrlo.

¡Oh Jesús! Estaba a punto de ser asesinada.

Quizá no fue mi mejor idea salir disparada del salón después de que todo el equipo empezara a bombardearme de preguntas cuya respuestas no había pensado, pero... no me manejaba bajo el foco de atención.

Lo odiaba casi tanto como los cólicos menstruales.

Y bastaba decir que cuando me llegaba la regla, era de las que se retorcía por todas partes, vomitaba y se llenaba de una cantidad insana de analgésicos para aminorar un poco el dolor.

La puerta retumbó de nuevo como si la hubiesen pateado, y tuve que alejar un poco el rostro para no sufrir una fractura de nariz.

¡Dios mío!

La idea de vivir con el equipo comenzaba a parecerme muy, muy mala. Imagínate vivir con treinta mujeres, sí, no le recomendaría a nadie que no tuviese paciencia meterse en un terreno así.

—Si la amenazas, es capaz de saltar por la maldita ventana —Bueno, eso era una mentira, no me lanzaría desde el tercer piso, podría morir o peor, fracturarme un pie. La voz de April cesó los gruñidos de Kayla, como siempre que utilizaba la razón para dialogar—, Ronnie, mira, sé que te espantamos, pero...

—No, no hicimos tal cosa, esa mujer se aterra por todo, ya no es culpa nuestra, sino de sus nervios de abuela —Y esa había sido Lydia.

—¡Vamos! Imagínate que después de un largo entrenamiento, llegues a la casa y te encuentres con todo el equipo callado y atento a cualquier cosa que pudiese salirte de la boca —añadió Neya—, no creí que lo tomaría como una emboscada.

—No fue una emboscada —respondió Deyna y me la imaginé rodando los ojos, aburrida—, sabía que les habíamos avisado.

—Aun así, no creo que lo hayamos pensado bien —contestó Neya en voz baja, como si yo no tuviera pegada la carota en la puerta para poder escuchar, si no fuera de tan mala calidad, también estuviese ocupando un vaso—, bueno Roberta, abre para que podamos hablar.

—Lárguense, tengo cosas que hacer.

—¡No seas mentirosa! —gritaron al mismo tiempo.

Que supiesen que tenía cuatro horas libres no me ayudaba nada, pero fui yo la que creyó que decirlo mientras veníamos en el coche, era una buena idea.

Era una persona sumamente ocupada. Estaba tan llena de clases, clases avanzadas, clubs de estudio y demás, que nunca me verían valiendo cagada en el sillón si por casualidad pasaba lo que me estaba sucediendo en ese momento.

Pero por estar hablando con el idiota de Franco, no pude leer el mensaje de mi grupo de fisiología del deporte y no supe que la profesora Brett no asistiría a nuestra clase de tres horas y media, por lo que no pude revisar mi agenda y mover alguna actividad vespertina para llenar el espacio.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2023 ⏰

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