En las sombras de la existencia, se ocultan las ganas de vivir,
Un susurro apagado, un anhelo difícil de percibir.
El peso del desaliento, el cansancio en el corazón, Pero aún en la tristeza, hay una llama de esperanza en acción.
A veces, las lágrimas se confunden con las ganas de rendirse,
Y el mundo parece un laberinto sin salida ni respiro.
Pero en cada noche oscura, hay estrellas que brillan con fuerza,
Recordándonos que la vida guarda sorpresas y belleza.
Aunque las ganas flaqueen y el camino sea incierto, Recuerda que en cada amanecer hay un nuevo concierto.
La tristeza y el dolor pueden ser compañeros de viaje,
Pero también son la prueba de que aún hay vida por vivir, sin ultraje.
Así que no te rindas, mi amigo, aunque el peso sea abrumador,
Siempre hay una razón para seguir adelante con fervor.