Llegaron al amanecer. Un halo de luz iluminó por un segundo los cuerpos de los 4 ángeles. Nadie los vió. Sarah sacó un nube-phono de su bosillo y dijo:
-Según las indicaciones, nuestra vivienda debería estar...justo ahí- señaló una casa grande encima de un acantilado. Brithany observó la casa con mas detalle. Era blanca y espaciosa, tenía grandes ventanales y, en el jardín había un pequeño columpio. Abrieron la verja y entraron. La casa, por dentro era más grande que por fuera. Brithany entró al salón: tenía una puerta acristalada que daba a uno de los 5 balcones de la casa. Había 2 sofás blancos y una tele gigante. Habían estanterías y un armario.
-Britha, sube y elige tu habitación antes de que te la quite Sarah-dijo Derek.
-Enano.. ¡no guardas ni un secreto!-dijo Sarah con tono de broma.
Brithany adelantó a Sarah. La muchacha subió por una escalera blanca y eligió la habitación que más alejada estaba de estas.
Entró en la habitación. Era blanca. Había una cama con su ropa blanca, un escritorio, dos armarios, una mesita al lado de la cama y una estantería gigante al lado del escritorio. También había una ventana que ocupaba la mitad de la pared y una puerta acristalada habitaba al lado de la cama. Bethany la abrió. Sorprendida miró a su alrededor. El balcón tenía una hamaca y daba al mar. Estaba lleno de flores y una mesita en el medio ocupaba el poco espacio que quedaba. No se arrepintió de su elección. Entró y se sentó en la cama. De repente, encontró una nota:
Bienvenida a tu nueva habitación. En tu escritorio tienes dinero, pues ahora vais a salir de compras por el pueblo. En tu armario tienes un vestido. Póntelo. Rafael y Sarah os explicarán la misión. Si tienes dudas pregunta a Rafael. Aquí tienes un teléfono móvil tactil estilo humano. Tu número lo sabe Rafael. Bueno, lo demás os lo explicarán. Te deseo buena estancia.
Brithany se dió cuenta de que llevaba puesta todavía su túnica. Abrió el armarió y se puso un vaporoso vestido blanco y unas bailarinas amarillas. Se miró al espejo. Su piel blanca y suave relucía, sus verdes ojos brillaban y su pelo marrón ondeaba a causa del viento. Una belleza. De repente, alguien tocó la puerta y Brithany la abrió. En el umbral estaba Derek vestido con unas bermudas y una camiseta azul que le contrastaban con sus ojos del mismo color. El pelo amarillo le brillaba a causa de los rayos del sol.
-Britha, dice Sarah que nos vamos al pueblo.
-Vale, gracias por avisar Derek.
Cuando Brithany se disponía a bajar, Derek la cogió por el brazo:
-Tu no vas a ninguna parte sin ver mi habitación.
Brithany miró fijamente a los ojos de Derek y estos brillaron de una forma espectacular. Era imposible resistirse. Derek era irresistible.
-Bueno, no me dejas otra opción ¿no?.
Sin contestar, Derek la cogió por la mano y se la llevó a su habitación. Mientras andaba Bethany pensó:
"Creo que el mundo humano va a empezar a gustarme"
