Tantas preguntas ninguna respuesta

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Álvaro se despertó por la mañana con los ojos rojos por haber estado llorando toda la noche, tenía tantas dudas que decidió ir a su psicóloga de confianza, con la que ya llevaba más de 3 años yendo por sus problemas con su familia y en el colegio y de verdad que ella la ayudaba un montón era la mejor psicóloga del mundo, solía decir Álvaro.

-Menciaaaaaaaaaa

-Madre mia, que gritos, que te pasa?

Álvaro se sentó en el cómodo sofá de la clínica y comenzó a llorar repentinamente.

-Álvaro calmate un poco, sino no puedo entender lo que te pasa, le dijo Mencia con su agradable y cálida voz.

-Esq,esque, Álvaro tartamudeaba al hablar y Mencía con una cara confusa intentaba entender lo que le decía.

Cuando terminó de explicarle lo que le pasaba, Mencia le empezó a calmar diciéndole que no pasaba nada si dejaba a Cayetana si a él en realidad no le gustaba no tendría por qué salir con ella, pero Álvaro se negaba a dejar a Cayetana.

-Entonces te gusta, porque si no la quieres dejar es porque algo en ella te atrae.

-Mira Alvaro yo lo meditara un poco, si me necesitas sabes que siempre voy a estar aquí para cualquier cosa. Pero ahora vete que vas a llegar tarde a clase.

Álvaro ya se sentía mucho mejor después de hablar con Mencía y se fue a clase bastante contento, ahora tenía otra personalidad, ya no era el chico tímido que no hablaba con nadie y en la vida nadie le iba a querer, ahora el chico extrovertido, que tenia novia y encima ella era la chica más popular del instituto.

-Que tal Alvaro?- le dijo Caye muy entusiasmada.

-Bien y tú?

- Muy bien, ¿te apetece quedar después de clase?

-Vale, me encantaría.

- Chau me voy a clase, te quiero.

- Y yo a ti.

Álvaro se quedó ahí, quieto sin hacer nada, no quería hacer pero tampoco sabía que hacer, hasta que sonó el timbre que daba comienzo a la primera clase y se fue corriendo a ella.

Se sentó al lado de Cayetana, la que estaba con una sonrisa de oreja a oreja y él tuvo que hacer lo mismo para que su novia no sospechara, pero en ese momento sintió unas ganas tremendas de besarla, pero obviamente estaban en clase y se contuvo y si en realidad Mencia tenía razón y a él le gustaba cayetana.

Un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora