El efecto mariposa asegura que pequeñas variaciones en las condiciones iniciales de un suceso pueden provocar grandes diferencias en sucesos futuros, esta hace parte de la teoría del caos.
El aleteo de una mariposa cambiará el destino anteriormente...
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CAPITULO DIECISIETE: Efecto mariposa, parte uno.
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Durante la época medieval la idea del niño —denominado también como "homúnculo"—, se basaba en que este era un ser perverso y corrupto que debe ser socializado, redimido mediante la disciplina y el castigo. En el siglo diecisiete el Abad Bérulle escribía: "No hay peor estado, más vil y abyecto, después del de la muerte, que la infancia".
Posteriormente esta idea cambió, principalmente durante el renacimiento, donde se consideraba al niño como una pizarra en blanco donde la experiencia dejaba sus huellas, es decir, el niño no nace bueno ni malo sino que todo lo que llegue a hacer y ser dependerá de sus experiencias.
A partir de este concepto es que las personas intentan darles a sus hijos la mejor educación para que estos sigan el camino de lo socialmente considerado como correcto.
Es por ello que, en su momento, las hermanas Akugami eran consideradas ángeles encarnados en cuerpos humanos. Tal vez una era más buena que la otra, sin embargo, eso no quitaba que el concepto qué recaía sobre ellas se resumía en una palabra.
"Perfección."
Siempre modestas, hablando en los momentos más oportunos, prolijas y elegantes. Las palabras que salían de sus bocas eran casi comparables a los sonetos escritos por los artistas más románticos hacia la persona que más amaron.
