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NARRA ARA

Después de arreglarme para ir al colegio, al ir bajando pude percibir un olor delicioso.

-¿Acaso mi madre está haciendo el desayuno?- Dije en voz baja, hace tiempo que no me preparaba algo delicioso 

Me dirigí a la cocina, pero me llevé la peor de las sorpresas, Seugmin era el que estaba cocinando.

-Hola Ara, ¿Deseas desayunar algo antes de irte?- Odiaba que me mirara de la forma en que lo hacía.

-No.....gracias- Me acerqué al refrigerador para sacar un poco de Kimchi y arroz para llevarme al colegio, al cerrar la puerta estaba exactamente parado detrás de ella.

-Vamos, desayuna, lo hice especialmente para ti- Era obvio que mi madre no estaba, es por eso que se ponía siempre muy atento conmigo, pero sabía que lo hacía con otras intenciones.

-Dije que no, asi que dejame pasar

-¿Y que  si no lo hago?- Preguntó arqueando una ceja y yo solo rodee los ojos 

-LLegaré tarde al colegio, haste un lado Seugmin - Dije y se hizo a un lado mientras podía sentir su asquerosa mirada 

Guarde mi refrigerio y tomé mi mochila que estaba en el sillón de la sala.

Pero antes de abrir la puerta de la salida sentí como me jaló de la mochila y me tiró sobre el sofá.

-¿Que haces idiota?- Pregunté enojada pero también con miedo

-Vamos Ara, necesitas un verdadero hombre- Dijo e intentó ponerse encima de mí tomándome de los brazos 

-¡¡Noo, sueltameee!!- Intenté zafarme de él, pero era más fuerte y más grande.

Pude sentir sus labios sobre mi cuello, pero pude dar un rodillazo en sus partes bajas haciéndolo que se tirara al suelo de rodillas. 

Me levanté del sillón, tomé mi mochila y salí corriendo de la casa llorando,limpiaba con las mangas de mi suéter su saliva. Lo odiaba, lo odiaba tanto, pero más odiaba que mi madre se aferrara a un hombre como él solo por no sentirse sola. Una vez ya había pasados algo asi, pero ella solo me dijo que eran inventos míos, que le tenía envidia porque a mi ningun chico me hacia caso, y obvio el muy tonto lo negó todo. Lo peor de todo esque si me quejo con ella se que me golpeara como ya lo hizo una vez.

Saqué mi teléfono y vi que eran más de las siete de la mañana, el autobús  ya no pasaria, asi que tuve que ir caminando.

Iba limpiando mis lágrimas que no paraban de salir, pasé por un puente y  moría de ganas de solo lanzarme, al fin que a nadie le haría falta, tal vez ni siquiera nadie se de cuenta que desaparecí, pero sabia que seria una cobarde que no lo iba a hacer.

Al ver la escuela corrí para llegar a tiempo por lo menos a mi segunda clase .

Entré y  seguí corriendo hacia mi salón, pero al dar la vuelta choqué con el profesor Seokjin, estuve a punto de caer hacia atrás pero pude sentir su mano sobre mi espalda deteniendome, me miró detenidamente pero me avergoncé así que me hice para atrás . 

-P-profesor, una disculpa

-¿Esta bien señorita?- Preguntó, ¿acaso se había dado cuenta que estaba llorando?

-Si, gracias- Acomodé un mechón de mi cabello hacia atrás y corrí hacia mi salón

Al entrar vi a mi amiga Yuna con su telefono y tenia una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Porque tanta felicidad?- Pregunté mientras me sentaba a lado de ella 

-Mira esto, ¿es tan guapo no crees?- Me mostro la pantalla de su teléfono 

DADDY ISSUES (Seokjin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora