(Hola, ésto se me ocurrió de la nada.)
(¡Ésto paso antes de qué Adéwalé se vuelva asesino y dejé la tripulación de Edward!)
Edward esa tarde se había dirigido a la Habana junto a su tripulación para descansar un poco antes de ir a Tulum para hablar con Ah Tabai.
Pero al anclar el barco en el muelle, el único que salió del barco fue Edward, diciendo qué no tardaría en volver y simplemente haría algo rápido.
Las horas pasaron y anocheció, aún sin rastro alguno del capitán Kenway. Obviamente Adéwalé salió a buscarlo, dejando a cargo a uno de los hombres de la tripulación por un rato hasta qué regresé.
Adéwalé buscó por toda la Habana a Edward sin éxito alguno. Así que frustrado, Adéwalé tuvo que ir a uno de los lugares qué Edward frecuentaba mucho y conocía a la perfección.
La cantina. Pues seguramente Edward estaría allí, emborrachándose probablemente y coqueteando con mujeres.
Y si, cómo había supuesto allí estaba Edward, embriagado mientras tomaba probablemente su 4° botella de ron. Era un milagro que aún su borrachera no lo haya llevado a otro lado.
Suspiró, antes de acercarse a su capitán por la espalda y tomarlo del hombro.
"Capitán Edward, ¿qué crees qué haces?..." Preguntó Adéwalé con seriedad y cansancio. No era la primera vez que tenía que lidiar con su capitán borracho.
Edward al escuchar la voz de Adéwalé llamarlo desde atrás, se dió la vuelta para verlo, sonriendo tontamente mientras sostenía su botella de ron.
"...¡Adé, viniste!...¡Hip!...¿Dónde te habías metido...?" La voz alegre y borracha de Edward pudo escucharse, mientras abrazaba cariñosamente a Adéwalé.
"Más bien, yo debería preguntar dónde estabas, capitán... Me- Nos tenías preocupados a todos en el Jackdaw." Adéwalé suspiró, se había tenido que corregir a si mismo antes de decir una idiotez delante de su capitán.
"Oh... Había venido a ¡Hip!... tomar unos tragos..." Decía Edward con una sonrisa, mientras le daba un trago a su botella de ron.
"Pues ya es hora de regresar al Jackdaw, capitán. Mañana zarpamos y Ah Tabai es paciente, pero sería una falta de respeto llegar tarde." Su voz sonaba sería y autoritaria, era la voz que usaba cada qué daba órdenes o debía cuidar de Edward en su estado de ebriedad.
"¡Déjame quedarme un poco más, Adé!... Sólo tomaré un poco más..." Pidió el capitán, mientras se alejaba un poco de Adéwalé. Edward se tambaleó un poco, pues su ebriedad le impedía estar del todo firme. Obviamente sabiendo que la posibilidad de que Edward se cayera era alta, Adéwalé tuvo qué actuar.
"Negativo, capitán. Ya vámonos." Negó Adéwalé, sólo para luego acercarse a Edward antes de que su capitán cometa alguna tontería, y cargarlo al estilo nupcial. Podía escuchar las quejas de Edward para que lo suelte, pero simplemente las ignoró mientras se alejaba de la cantina con su capitán en brazos.
Ya era algo común para Adéwalé tener que cargar a Edward borracho y llevarlo de regreso al Jackdaw cómo de costumbre. Pero incluso si ya lo haya hecho cientos de veces, aún no podía evitar no sentir aquel calor en su pecho y ese cosquilleo en su estómago. No sabía porque, pero tampoco quería saber la razón de ello.
Mientras se dirigían al Jackdaw, Edward paso su brazo derecho alrededor del cuello de Adéwalé, mientras su brazo izquierdo colgaba y sostenía su botella de ron medio vacía.
El silencio era tranquilo, la luna iluminaba la Habana y la poca gente qué aún pasaba por las calles sólo ignoraban a esos dos hombres y seguían sus propios caminos. Y hubiera seguido así, si no fuera porque Edward rompió el silencio.
"Adé..." Llamó Edward a su compañero, rompiendo el silencio del camino. Adéwalé lo miró con duda, mientras seguía su recorrido de regreso al muelle.
"¿Qué sucede, capitán?" Su voz era en tono de pregunta, mientras seguía caminando por las calles casi vacías. A Adéwalé no le molestaba cargar a Edward, pero lo que si le molestaba qué su capitán termine ebrio.
"¿Algún día me dejaras...?" Preguntó de repente aquel hombre ebrio, que recostaba su cabeza sobre su hombro y el de Adéwalé.
Al instante Adéwalé se detuvo, brevemente sorprendido por aquella pregunta. Giró su vista al rostro de Edward, sólo para ver a su capitán viéndolo fijamente con aquellos ojos azules cómo el mar.
"¿Por qué me preguntas eso, Kenway?" Su voz tenía un toque de curiosidad y duda, viendo a Edward a los ojos.
"Simplemente tengo curiosidad..." Murmuró el hombre de cabellos rubios, somnoliento y borracho. Adéwalé no sabía qué decir, así que callo por unos segundos pensando en su respuesta.
"No, no voy a dejarte nunca." Contestó con firmeza Adéwalé, diciendo aquello con tanta seguridad cómo si fuera verdad. Volviendo a seguir su camino al muelle.
"¿Nunca?" Repitió Edward la palabra, mientras su mirada todavía permaneció en Adéwalé.
"Si, nunca." Fueron las palabras de aquel ex-esclavo, caminando con su capitán embriagado en brazos. Sin darse cuenta qué luego de esas palabras una débil sonrisa apareció en los labios de Edward.
"Adé, te quiero..." Finalizó Edward con un bostezo, antes de recostar por completo su cabeza en el hombro de Adéwalé, el cuál se quedó en shock.
"Yo... También lo quiero, capitán..." Fue lo único que pudo decir, con voz nerviosa y baja. Aveces la gente borracha podía decir tonterías e idioteces en su estado de ebriedad, y seguramente está era una de ellas. Adéwalé lo sabía... Pero también deseaba que no fuera sólo una simple idiotez.
Aveces Adéwalé no podía evitar preguntarse ¿Por qué? ¿Por qué demonios debe sentir aquello por su propio capitán? No lo sabía, y eso lo frustraba.
Pero verlo... Ver sus ojos, su rostro, su todo. Edward era tan malditamente sexy, no por nada muchas mujeres se mueren por querer estar con el.
¿Pero el?... El era un hombre, un maldito hombre y ya. No, eso era absurdo, no podía amar a otro hombre. ¿Qué pensaría la sociedad? Seguramente qué era un maricon.
Pero era inevitable no amarlo, Edward era tan... diferente.
Si, Edward Kenway podía llegar a ser un borracho, alguien terco, arrogante y avaricioso, podía llegar a comportarse cómo un completo estúpido. Pero Edward era su estúpido.
Y lo único que anhelaba era poder sentir la piel de Edward contra la suya, poder sentir su calor corporal, poder oler su aroma más de cerca.
Para Adéwalé, estar con Edward era su sueño frustrado, su anhelo y deseo imposible. Y incluso si tuviera una oportunidad... Sabía que tarde o temprano todo se destruiría.
Por ahora se conformaría sólo con poder cargar a su capitán cada que se ponga ebrio.
-Fin Del 1° One-Shot-
(Hola, perdón por no publicar nada últimamente, me encuentro en algunos problemas personales y espero pronto resolverlos para seguir actualizando.)
(Perdón si no les gustó el capítulo, lamentablemente no tengo mucha imaginación en estos días, así que si alguien quiere darme una idea, consejo o algo, dígamelo.)
(Se aceptan pedidos, pero no creo recibir muchos, jaja.)
(Adiós y cuídense, los quiero.)
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"ONE SHOTS" ~Edward Kenway~
Fanfiction-Pequeños capítulos y cortos sobre Edward Kenway (y uno qué otro ship).- "Edward puede llegar a tener una vida particularmente... interesante... De tantas aventuras que tiene ya a perdido la cuenta de ellas, pues cada día sucede algo nuevo." -Avisos...