Parte 3

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─Ya te dije que no voy a ir, Kyungsoo, deja de molestarme.

─Vamos Baek, no puedes dejarme solo, me muero de miedo, no sé si él va a llegar o no. ¿De verdad vas a dejarme llorando en absoluta soledad si él me deja plantado?

Baekhyun dudó con esas palabras. Kyungsoo había llegado a su casa a molestarlo para que lo acompañara a la dichosa cita con Chanyeol. Dios, como si no fuera suficiente con imaginarlos juntos y felices, ahora tendría que presenciarlo, de verdad que la vida lo odiaba. No podía siquiera imaginarse al lado de ellos cuando se confesaran sus sentimientos. Eso lo iba a terminar de romper y lo sabía.

Sin embargo, Kyungsoo le había llevado ropa linda diciendo que, seguramente, Chanyeol tampoco iría solo y que con sus sudaderas enormes no iba a conquistar a nadie, como si a él le interesara que alguien lo viera lindo. La única persona para la que tenía ojos estaba a punto de convertirse en alguien aún más prohibido, así que eso lo dejaba en la absoluta soltería por el resto de su vida. O bueno, al menos hasta que se volviera a enamorar.

─Eres el peor amigo del mundo. Siempre me obligas a hacer cosas que no quiero. ¿Por qué somos amigos?

─Porque te daba de mi lonchera cuando te robaban la tuya, le pegue un chicle en el pelo a ese niño que te molestaba y llevo más de diez años sacándote de problemas. Si lo vemos bien, me lo debes.

─Si lo pones así, me hubieras dejado morir de hambre, voy a pasar toda la vida empeñado contigo.

Baekhyun lloriqueó y Kyungsoo soltó una carcajada, su amigo a veces se portaba como un bebé. Pero logró convencerlo y, aunque Baekhyun estaba enfurruñado, se dejó vestir y peinar. En la escuela ya todos estaban acostumbrados a su facha de nerd descuidado, pero no quería que lo mirarán mal o le dijeran algo feo en el boliche, la gente podía ser muy cruel y él no quería que Baek pasara un mal momento.

Cuando estuvieron listos los dos, salieron a tomar un taxi, se veían realmente lindos, ambos eran chicos hermosos a su manera. Kyungsoo no había conseguido que Baekhyun dejara sus lentes, y es que él no veía nada sin ellos, así que no hubo más remedio. De todas maneras, se veía hermoso con su camisa rosa, su cabello peinado ligeramente rizado y ese jean que casi no logra convencerlo de usar, era un acierto porque hacía ver su trasero redondo y enorme. Ningún chico se iba a resistir a su adorable amigo.

Llegaron media hora antes de la cita así que se acomodaron en la mesa reservada y hablaron de todo y de nada. Kyungsoo había preparado una pequeña cajita con mini cupcakes que él mismo horneó y decoró como regalo para su cita. Estaban riendo de alguna tontería cuando Kyungsoo los vio llegar. Chanyeol y Jongin venían juntos, luciendo terriblemente guapos. De pronto se sintió nervioso y dio una rápida mirada a su ropa y la de Baekhyun, ellos eran lindos, se veían adorables, pero ese otro par de chicos eran jodidamente calientes.

Sus ojos se cruzaron con los de Jongin y el moreno le dio una sonrisa ladina y conocedora, Kyungsoo estuvo tentado a rodar los ojos, pero se contuvo al ver a Chanyeol con expresión confundida. Su precioso rostro se deformó un poco por el ceño fruncido, lo vio a él como preguntándole algo y Kyungsoo sonrió lo mejor que pudo, se aclaró la garganta y se puso de pie.

Baekhyun estaba congelado en su sitio, supo que habían llegado cuando vio la expresión de Soo y quiso morir ahí mismo. Había estado rezando internamente para que Chanyeol no se presentara, que ignorara esa carta y esa cita como seguramente había ignorado muchas otras. Pero la sonrisa de su amigo le confirmó que sus súplicas fueron las ignoradas y que el peor momento de su vida estaba a punto de ocurrir.

No quiso girarse, él estaba bien así, tal vez podría fingir que era una estatua y no tendría que saludar a Chanyeol, ni verlo, ni oírlo ni nada.

Jongin codeó a Chanyeol con una sonrisa socarrona, a diferencia de su amigo, que no había reconocido a Baekhyun de espalda y sin gorra, él sí, aunque podría decirse que solo sabía que se trataba de Baekhyun por la presencia de Kyungsoo en la mesa, ese par parecían siameses e iban pegados a todo lugar. El pensamiento de que siempre iban a tener citas dobles cruzó por su cabeza y la idea le gustó. Si Chanyeol se quedaba con uno de ellos, él podría tener al otro y así todos ganaban.

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