Soul sold Ꞝ Sahyo

07.

Era un día normalmente aburrido para Sana en dónde esperaba por su acompañante, la diferencia es que sabía que ese era el día en el que ella llegaría.

Sabía el día mas no el momento exacto. Por esa misma razón llevaba alrededor de 10 horas esperando y, como sabemos, el tiempo allí corre más lento que en el mundo de los vivos. La ser infernal ya se estaba impacientando, moviendo su pierna inquieta en las afueras de una de sus torres, justo sobre la misma en la que complació a Jihyo con sus más lujuriosos deseos, dónde creó el cuerpo que dentro de poco iba a ser poseído por su alma.

Su noción del tiempo le indicaba pasado el medio día cuando siente una explosión a pocos kilómetros de su posición. Una vez logra divisar el lugar de donde proviene, extiende sus oscuras alas para emprender vuelo hacia donde cree, y ansía enormemente, que se trate de la mortal reencarnada en Demonio.

Frente a sus ojos se presenta un gran agujero en la tierra, algunas plumas grises a su alrededor, mientras que en el centro se despertaba poco a poco el cuerpo que visualmente ya conocía, solo que esta vez unas hermosas alas negras lo acompañaban.

La mirada de la nueva criatura es confusa cuando logra abrir por completo sus ojos y frente suyo se encuentra un ser con características similares a ella, mas no idénticas.

─¿Quien es usted?─ pregunta la recién nacida, mirando a la princesa infernal, quien tenía una malvada sonrisa en su rostro.

─Tu creadora.─ murmura mientras se acerca a ayudarle.─ Naciste por y para mí. Bienvenida a mi reino.

─Ama... ¿Cuál es mi nombre?─ los inocentes ojos de su creación la miran dudosa, con curiosidad, con sed de maldad despertando en su interior poco a poco, justo como la mayor la quería.

─Jihyo. Tu nombre es Jihyo. Mi hermosa creación. Acompáñame, te daré algo de ropa, pero no me molesta para nada que te quieras pasear por mi castillo en paños menores, solo como sugerencias.─ toma su mano mientas extiende sus grandes alas, indicándole a la contraria que haga lo mismo para ayudarla a tomar vuelo.

Una vez llegan a su destino, la reciente demonio tropieza al tener que aterrizar, a punto de caer de no ser porque la princesa lo anticipa, atrapando a la menor en sus brazos, permitiendo tener contacto directo con el cuerpo desnudo, mientras la contraria la mira deseosa y su mirada bañada en lujuria.

─¿Sabes algo? Tu atuendo puede esperar...

─Lo que mi ama deseé.─ le sonríe con cierta complicidad.

─Es bueno que vayas entendiendo como son las cosas aquí, pequeña. Por cierto llámame Sana.─ A duras penas se separa de Jihyo, sin antes recorrer con sus manos ciertas partes de su cuerpo.─ Te enseñaré mi castillo, después de todo estarás conmigo por la eternidad, y créeme que eso es mucho tiempo. Nos divertiremos demasiado, pequeña. Eso tenlo por seguro.

─Con mucho gusto. Ama me dió la vida, yo le daré a Ama todo lo que ella me pida.

─Me alegra saberlo. Acompáñame, Jihyo. Tenemos muchas cosas por hablar.

De momento ninguno tenía idea, pero más tarde Sana se daría cuenta que Jihyo era todo lo que le faltaba a su vida cuando ambas puedan ver por primera vez toda su vida frente ellos. Ambas tenían acceso a saber el futuro de todos, incluso de ellas mismas, cosa que la princesa infernal ansiaba desde su nacimiento. Jihyo era la pieza que faltaba en su preciado rompecabezas.

Solo que ahora no eran conscientes de ello, pues se encontraban disfrutando de la otra, reclamando por la otra, sumidas en la lujuria del acto carnal del que ambas tanto rogaban. Así fue como Sana pudo hacer completamente suyo el cuerpo de Jihyo, en el que había reencarnado como la demonio más poderosa, y la mayor amenaza para todos los reinos.

Fin.

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Gracias a jkgoldencg por permitirme esta adaptación.