𝗦𝘁𝘂𝗯𝗯𝗼𝗿𝗻 𝗚𝘂𝗶𝘁𝗮𝗿 𝗧/𝟮; Tom Kaulitz

♡; Capitulo 8

Andreas apagó su cigarrillo de un pisotón, avanzó directamente a Dylan mientras que a su vez soplaba el humo de la última calada

—No me retes Dylan—Respondió el rubio
—Acércate más, no muerdo—

Andreas se puso en posición cuando estaba por darle un zurro en la cara Dylan se hizo a un lado y con la navaja le rajó una herida larga por el brazo derecho

—¡Agggg!—Se quejo Andreas al sentir el ardor—Hijo de puta, tal y como te imagine—

—¿Así?—
—Si, un coyón que necesita de navajitas chulas—
—¿Que pasa?¿Le tienes miedo a las navajas?—Dijo Dylan con ironía

Andreas sonrió burlón, una simple navajita no iba hacerlo dar marcha atrás, había esperado mucho este momento y ahora no estaba dispuesto a perder la oportunidad. El rubio se apretó el brazo con fuerza, unas gotas de su propia sangre bajaron recorriendo hasta sus dedos y gotear en medio de la calle

—¿Sabes Andreas? Nunca me caiste bien—Confeso Dylan
—Jamás busqué caerte bien, a decir verdad, me vale lo que pienses de mi—
—¿Crees que puedes conmigo?—
—Pues esa navajita me hace decir que si—Contesto en forma cantaleta

Dylan chasqueó los labios, en ese mismo segundo arrojó aquella navaja al suelo, para demostrar que no necesitaba de una navaja para pelear contra el. Andreas ladeó la cabeza un poco satisfecho

Ambos se pusieron firmes, y la bomba estalló. Andreas fue el primero en meterle un zurro a Dylan, había olvidado la herida de su brazo y de nuevo se quejo y para esto Dylan se puso firme y le metió un puño en el abdomen, Andreas pudo sentir una sacudida dentro de su interior, el aire se le salió de una y trataba de conseguirlo

—Si que pegas fuerte—Confesó Andreas con la voz semi cortada
—Callate y mejor demuestra cuántas ganas has tenido de golpearme—

Andreas nuevamente se puso firme, podía sentir la mano entumecida pero no era algo que lo haría dar marcha atrás, puso lo ojos como dos llamas ardientes, sonrió con Ironía, recordando que por culpa de Dylan, la felicidad de su amigo Tom estaba casi al borde, sus manos se pusieron duras y podía verse todas sus venas a través de su piel, y como un bárbaro se lanzó contra él, como si él fuera un lobo a punto de casar a una oveja negra

Sus puños se estamparon con las mejillas de Dylan, quien podía sentir la cabeza en el aire ante todos los zurros, Andreas era bueno peleando y Dylan lo sabía. Lo había visto pelear un par de veces en el colegio junto a Tom, los muy cabrones siempre andaban en peleas como si de dos gallos se tratara

Andreas tomó a Dylan del la camisa y lo arrojó al suelo, se encimó en él y empezó a estamparlo contra la calzada, el pelinegro podía sentir una parte de su rostro arder, su vista apunto de nublarse y oía los insulto de Andreas como eco, como si en algún momento perdería la conciencia. Podía ver las farolas borrosas y acercarse más pequeñas como estrellas

—Maldito cabrón, estoy cansado de ver tu rostro tan mierda ¿Por qué no te piras?—

Dylan sonrió medio adormilado, podía sentir como el aire le faltaba cuando las manos de Andreas se posaron en su cuello sin ninguna intención de soltarlo, podía ver al rubio rojo, como dos cerezas, extendió la mano tratando de encontrar algo con que defenderse

Las puntas de sus dedos rozaron el mango de su navaja, con mucho esfuerzo empezó a querer tomarlo, Andreas no se había dado cuenta de ello, estaba muy concentrado en todo el coraje que había estado guardando