Vivo como vivo - Rebelde Way Tercera temporada [Pausada]

-Capitulo 1-La escapada-

12 de diciembre

Casa Colucci Rey

7:00 pm

Marizza

Han pasado un par de días desde el brindis. ¿Qué les podría contar de esos dos días? ¿Las parejas? Siguen iguales, ¡qué aburrido! No es que quiera ser chismosa ni ver drama, pero no hay nada nuevo de qué hablar. ¿Amistades? Se podría decir que no odiamos a Mia; de hecho, hasta nos llevamos bien. De nuevo, no ha pasado nada, muy aburrido. Igual, un par de días tranquilos nos vinieron bien.

Lo único que me mantiene sin aburrimiento es que estoy muy emocionada por el viaje. ¡Por cierto, ES MAÑANA! Lo olvidaba. Tengo que preparar mi mochila.

-Mia- Llamé con las manos llenas de ropa y corriendo de un lado al otro.

-Decime- me respondió.

-¿Ya empacaste?- pregunté.

-Desde la semana pasada, corazón- ella sí es responsable, o tal vez a ella sí la reta el padre, jajajaj.

-No sé por qué no me sorprende- dijo Lujan.

-¿Y vos?- le pregunté a Luji.

-Anoche.

-En serio, ¿soy la única boluda que empaca hoy?- dije.

-No, yo también- dijo Manuel, que, aproposito, ¿cuándo entró al cuarto?

-Hola, mi amor- le dijo Mia y lo besó.

-Hola, princesa- le respondió el beso.

-Bue, bue, hay gente, consigan un cuarto- dijo Luji.

-Envidiosa- respondió Mia.

-Y yo, ¿por qué? Si estoy con el rubio más lindo del Elite Way- dijo Lujan.

-Me parece que la que está con el rubio más lindo es otra nena- dije yo.

-Ay, por favor, a Pablito parece que lo fabricaron como uno en muchos muñequitos de plásticos, pero Marquitos es único.

-Quisieras- dije sarcástica.

-Bueno, dejen de pelear, que ya sabemos que el pibe más lindo es mi Mexican Trucho.

-¡Obvio!- dijo él.

-A comer- gritó Hilda.

-La discusión no acaba aquí- dije y bajamos a comer.

{...}

Después de la cena, que por cierto tenía muchos lácteos para mi gusto, decidí llamar a Pablo para ver que tuviera todo listo para viajar.

Llamada

-Hola.

-Hola, Marizzzita, ¿qué tal?

-Hola, Mora, muy bien y tú. ¿Ya están listos para el viaje de mañana?

-Hubo un problema, Mari. - Oh no, problemas, y probablemente peores a que mi suegra me diga Mari, detesto ese apodo, pero adoro a Mora.