"You are the best thing that's ever been mine".
"Eres lo mejor que alguna vez fue mío".
No tardé en darme cuenta de que los puzles eran algo que fascinaban a Paloma. (A parte de que ya me lo dijo).
—¿Cuándo empezaste a hacer puzles?
—El primero que hice fue junto a la vecina, era una señora mayor, y tenía un puzle muy antiguo. Mamá cuidaba de ella y era maja. Le pregunté si podía hacerlo y me dijo que vale. Tardé 20 minutos, creo.
—¿Y cuántos años tenías?
—No me acuerdo. 4, a lo mejor.
—Eso es una edad temprana.
—Ya, también me gustan las figuritas.
—Sí, eso ya lo veo. —Di una vuelta con los ojos a toda su habitación. Un montón de muñecas, juguetes, puzles y libros componían su habitación. (Y un par de pósteres en la pared)—. ¿Qué pelis te gustan?
Apartó la vista del puzle un momento, pensando qué decir. Después empezó a mirar sus objetos sobre muebles y tirados en el suelo.
Me gustaba la forma en la que giraba su cabeza, indagando una buena respuesta a una pregunta tan sencilla.
—Me gustan los musicales.
—¿Has visto alguno?
—Un par. Mi favorito es Billy Elliot.
—Me he visto la peli. Pero no el musical.
—¿No te has visto el musical? ¿A qué te has dedicado estos 400 años?
—Perdóname, señorita. Pero no soy tan viejo.
—Un poco sí. —Hizo un gesto de empequeñecimiento con los dedos.
—¡Eso es mentira! —Fingí hacerme el ofendido.
—Yo diría que no.
—¿Qué está pasando aquí? —Cuestionó Cayetana mientras se sentaba entre Paloma y yo.
—¡Dice que tengo 400 años!
—A ver, mentira no es.
Levanté las cejas, como insulto que me tomé muy personalmente.
—Me enseñaste una foto tuya participando en la Revolución francesa, ¿no te acuerdas?
—Sí, por supuesto. Y también iba en uno de los 3 barcos de Colón cuando descubrió América. Concretamente La Chica.
—Eso es algo más de 400 años. —Me corrigió Romero madre—. Y me parece que ese barco te lo has sacado un poco del culo.
—Soy de ciencias, ¿vale?
—Nunca se te han dado bien las letras.
—¿Y leer te gusta? —Intervino con una cuestión la infante.
Al ver que yo me quedé callado, su madre habló por mí.
—Mateo nunca ha sido mucho de leer.
—¿Y cómo aprendiste?
—¿Estudiando? —Respondí, sarcásticamente. A Cayetana no le gustó mi tono, así que me miró con mala cara.
—¿Y cómo has acabado siendo profesor?
Silencio.
Ya Cayetana no podía responder por mí.
Me quedé un rato largo pensando.
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Betty
RomanceAl Universo le encanta darle vueltas a tu vida cuando menos las esperas o quieres, pero así es la cosa. Mateo creía haber construido una vida pacífica cuando de repente, la mujer que consideró la mujer de sus sueños, entra de repente. Tras desvanec...