II - REGALOS.

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Dos semanas más, o sea, ¡casi un maldito mes! Bueno, al menos mi avance va bien, hay personas que tardan años en llegar a una relación

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Dos semanas más, o sea, ¡casi un maldito mes! Bueno, al menos mi avance va bien, hay personas que tardan años en llegar a una relación. Espero llegar más pronto que mis demás amigos. Juan y Ari se convirtieron en novios después de seis meses de coqueteos, Rivers y Félix tardaron ocho...

Si yo tardo más, juro que me mataré.

Últimamente, le he regalado hermosas joyerías, algunas compartidas, algunas simples. Me gusta dejarle pequeños detalles así. Son simples pero con gran significado.

—Alcanzalo.—Mi mano que sostiene una pulserita de plata con perlas y una bonita y encantadora ballena junto a varias medusas se eleva, sabía que él ama todo lo marino. Sus labios hacen un lindo puchero, saltando una vez más para alcanzar la pulsera, y vaya que lo logra. Me tomó por sorpresa el hecho que la alcanzara, es muy bajo para alcanzarla...

—Gracias, Roi.—Él se ríe, corre por el acuario, viendo a sus alrededores, observando cada animal en las peceras. Sus ojos han brillado toda la salida, me alegra saber que estoy avanzando cada día.

Mientras él observa todo, se queda viendo en algún lugar, donde contiene a las tortugas, nueva anotación, le gustan las tortugas.

Mis amigos y varios compañeros me han ayudado a conseguir buenos regalos, sin embargo, los más bonitos son demasiado caros, tengo pensado una cita muy cara donde le pediría ser su pareja, por eso tengo que ahorrar.

—Oye, pato.

—¿Mmm?

—Alguna vez... ¿Has sentido amor? No familiar, sino que... Amor. Amor a una persona no familiar.

—No lo sé. Nunca puedo identificar mis sentimientos o de otros. Eso dice mi mamá. Al parecer, tengo un problema que no me permite entender bien los sentimientos.

Me siento algo decepcionado por su respuesta, pero no tiene lógica, porque si hubiera dicho que sí, igual me hubiera decepcionado. Tengo que darle tiempo. Es como un niño pequeño, tengo que ayudarle a entender algo desconocido para él.

—Oh, está bien.—¡No! ¡No está bien!

Mi mano, un poco inquieta, toca levemente la mano de Quackity, no es que no lo haya hecho ya, sólo es algo incómodo sin ser nada. No sabría explicar la sensación.

Él toma mi mano con más firmeza, lo que me hace sonreír inconsciente.

—¿Te parece ir a mi casa?—Le propuse, Quackity me miró, algo desconfiado.—Después de mirar todo aquí podemos ir a mi casa, mi madre preparó comida extra y podemos practicar tocar el piano. Yo le llamo a tu mamá para pedir permiso. ¿Te parece?

Él asiente, feliz. Después sólo suelta mi mano y sigue caminando por el acuario, fue una buena idea traerlo a este lugar. Mientras lo sigo, saco mi teléfono. Quackity me había pasado el número de su madre, pues Quackity nunca puede llamar.

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⏰ Última actualización: Oct 03, 2023 ⏰

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