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Liam lo guió al interior de la habitación, pero no llegaron a la cama. Había pasado mucho tiempo desde que su paciencia pareció haber tocado al límite, y probablemente estaba pasando lo mismo con Kou.

Entonces, tan pronto como entraron a la recámara, Liam lo empujó sobre la alfombra del suelo y Kou lo aceptó sin poner ninguna objeción al respecto. Se arrancaron la ropa y apretaron los labios uno contra el otro un montón de veces hasta que terminaron separando la boca para tocarse también con las lenguas. Por supuesto, para este punto sintió que al menos un pequeño toque del cabello de Liam contra su piel había comenzado a volverlo completamente loco.

"Liam... Liam..."

Kou llamó a Liam con una voz sorprendentemente dulce, incluso para si mismo. Su cuerpo se contrajo como si estuviera en celo pero sabía perfecto que todavía faltaba una semana para el siguiente ciclo por lo que eso no podía ser.

Era... Demasiado extraño.

"Ah... Liam más... Más."

Apretó la cabeza de Liam mientras lo sentía pasar su lengua por su pecho, entrelazó los dedos en su cabello y dejó escapar una voz que hizo evidente lo excitado que lo había puesto en cuestión de segundos. Su espalda estaba arqueada y sus pezones se habían puesto puntiagudos.

"Ah, ah, ah..."

"¿Qué te pasa, cariño? Parece que estás en celo ¿Verdad? Has estado sacando un olor irresistible desde hace un tiempo..."

Preguntó Liam, pasando su lengua por su pecho de una manera un poco más lenta que antes. Lo pensó: Inmediatamente después de dejar el santuario, su cuerpo empezó a sentirse bastante extraño y cuánto más se acercaba a Liam y más tiempo hablaba con él, entonces más crecían sus sentimientos y el deseo sexual comenzaba a impedirle pensar como lo haría de costumbre. Luego fue peor cuando Liam besó su mano en el pasillo del templo.

"Mi cuerpo ha estado caliente desde hace un rato... Me duele en todas partes..."

"¿Tú cuerpo está caliente? ¿Podría ser que el siguiente ciclo de calor ya te llegó? Eso no puede ser porque lo contamos juntos."

Liam de repente frunció el ceño, todavía envolviendo su lengua alrededor de sus dedos como si le estuviera haciendo sexo oral.

"Kou, tu lengua está roja ¿Qué comiste, cariño? Parece que te pintaste todo"

Recordó que, frente a la Fuente Prohibida, Darrens le dio una pastilla roja que le dijo que se tomara y también lo amenazó con que lo bebiera a cambio de enseñarle cómo regresar a su propio mundo. ¿No dijo que era una droga que hacía que los Omegas entraran en celo?

"Darrens me dijo que tomara una pastilla roja. Era para... Hacer que entrara en celo".

"¿La tragaste?"

Cuando asintió, Liam dibujó una profunda arruga entre las cejas.

"Ya veo."

"Pero como no funcionó en absoluto, pensé que estaba bien".

"Originalmente, este medicamento tendría efecto inmediato en los Omegas. Pero no eres uno normal así que supongo que por eso le tomó mucho tiempo ponerse en marcha en ti".

Darrens se la dio para burlarse de él, ni más ni menos. Estaba tan enojado que en realidad lo hizo sin pensar demasiado en las consecuencias.

Suspiró, Liam abrazó su cintura diciendo que "se tranquilizara" y comenzó a moverse para que su pene le golpeara entre los muslos. Sin embargo, había algo duro pegando en el estómago de Liam también.

Cuando llegue a otro mundo, era OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora