It didn't take too long to realize [Isuke/Enzo]

Something has changed in the back of my mind.

Nota: Me mamé.

Hay algunas referencias a La divina comedia pero siendo honesto, me basé más en el videojuego de Dante's Inferno (tal vez deba volver a ver los gameplays de nuevo).

Y bueno, todo es un desastre, es confuso pero bueno. Lo que está en paréntesis es el pasado de cómo se desarrolló todo el asunto y ya.

En fin, de nuevo a la cueva.

...

I.

Mientras terminaba de revisar y sellar uno de los tantos documentos puestos en su escritorio, una presencia familiar se paró a su lado, inclinándose cerca de él, haciendo que frunza más el ceño con tal de concentrarse en el papel e ignorarlo.

No funcionó.

– ¿Irá al Segundo círculo?

– Claramente – suspiró, tirando la hoja hacia uno de los conductos que la enviaría al administrador del Segundo círculo, en cuanto esa persona fuese llamada del Vestíbulo del averno. Tomó otra, volviendo a enfocar su atención en dicho informe, resignándose un poco a que esta alma estuviera curioseando –. Creí que estarías rondando por los Círculos... ya sabes, conteniendo a los pecadores que se rehúsan a aceptar su castigo o tratan de escapar.

– No había mucho por hacer en esta ocasión – respondió, encogiéndose de hombros, restándole importancia al asunto.

Terminando de revisar el reporte, vuelve su mirada al hombre de cabellos plateados (casi blancos como la nieve) quien le devuelve la mirada, tranquila. Contraria a su expresión desdeñosa y un poco amarga; reprime otro suspiro y simplemente se quita los lentes para observarlo otra vez.

– Si no "había mucho por hacer", entonces, ¿por qué no vas a casa y descansas?

II.

(Esta alma que pertenecía a un paladín sacro, Isuke van Omerta, no debería estar aquí en el infierno.

Todo se debió a un error de papeleo de uno de los demonios de bajo rango quien desesperadamente, le imploró por su vida y su perdón.

En cambio, Enzo estaba que quería jalarse los pelos de la frustración y el tremendo dolor de cabeza que sería comunicarle a su hermano sobre esta equivocación. Pues era él quien se encargaba de las almas que venían al Vestíbulo con destino a su respectivo círculo del infierno; no obstante, alguien mandó a este hombre destinado al Paraíso, al Limbo.

Y Enzo no tuvo de otra más que alojarlo en su casa, habiéndole explicado (molesto con el estúpido que confundió los papeles de este caballero santo) que fue enviado al Limbo por error, prometiéndole que en cuanto se enmendara esta equivocación, iría al Paraíso, en donde pertenecía.

Realmente todo fue un dolor de cabeza).

III.

Vio a Isuke poner una mueca, como si la idea no fuese de su agrado. Como la de un niño que no quiere irse y prefiere quedarse, algo que casi le resulta tierno sino fuera por el papeleo en su escritorio. El cual se había acumulado tras posponerlo por la llegada de esta alma santa.

– Bueno, si no quieres descansar, puedes visitar a tu madre en el Limbo – propuso, tomando otro de los papeles sin ganas para darle una leída rápida.

Isuke miró hacia otro lado, cruzándose de brazos, y por un segundo Enzo jura haber escuchado un pequeño bufido de su parte.

IV.

(– De casualidad, ¿sabes dónde se encuentra Isis de Britania?

Enzo asentó la cafetera en la barra de mármol antes de poder servirle un poco de café a su reciente invitado, mirando al techo, contemplativo.