Mi Libro Contigo (Minho)

34.

Sentados en la arena, él con la vista perdida en esas olas chocando entre sí.
Yo manteniendo mis ojos cerrados, escuchando sólo el sonido del mar y su respiración.
Con su pecho pegado en mi espalda y sus piernas a los costados de las mías, rodeandome la cintura en un tierno y acogedor abrazo.
¿Podía pedir algo más? ¿Necesitaba algo más que esto? No, no lo creo.

-Me gusta estar aquí..-Susurró en mi oído.

-Me gusta estar aquí, contigo.- Completé su oración, dejó un pequeño beso en mi cabeza y sonreí al sentirlo, volviendo a abrir mis ojos.

Después de un rato, empezamos a jugar en la playa, persiguiendonos como siempre, riendo hasta el cansancio y luego me rendí, Minho corría más rápido que yo y nunca podía alcanzarlo.

-Suficiente, me rindo, tu ganas. -Dije cansada mientras me dejaba caer dramáticamente en la manta.

Se rió de mi reacción. -Que bueno que vives de tu imaginación y no de tu condición física amor mío, porqué si no te aseguro que moririas de hambre.

«"Amor mío" ¿Acaba de llamarme "amor mío"? *Grito interno*»

No pude evitar sonreír como una tonta al escucharlo, me miró y luego de sonreírme igual, dejó un beso en mi frente para después acostarse junto a mi.

Era tarde, así que debíamos volver a casa, limpiamos todo y luego subimos al auto, pero está vez no me dejó conducir.

«Que exagerado, no conduzco tan mal, literalmente sólo caí en 3 baches y me pasé 1 semáforo en rojo, pero era por los nervios de la sorpresa.»

Mientras conducía, entrelazó su mano a la mía.
Lo volteé a ver y luego dejó un beso en la palma de mi mano para seguir conduciendo sin soltarme.

Amaba esa sensación..

-Gracias Nabi..- Volteó un poco su mirada hacía mi.

-¿Por qué?

-Por haberme secuestrado.- Sonrió, regresando su vista a la carretera.

-Es un placer. -Sonreí igual.

Llegamos a casa, mis papás ya estaban dormidos, así que tratamos de no hacer mucho ruido, él tenía que ir a mi cuarto y yo al sofá..

Pero uno de los dos no se quería ir a dormir y ese uno de los dos, suplicaba por qué durmiera con él.

«¿Adivinaron cuál de los dos era el que no quería ir a dormir? ¿Una pequeña pista?: Minho.»

-Ya vete a dormir Min.- Hablé mientras lo empujaba hacía mi cuarto.

-Sé que quieres entrar ahí conmigo.- Contestó usando ese tono pícaro.

-¡Cállate! Ahora, a dormir. -Traté de empujarlo una vez más, pero esté se dió la vuelta de golpe y choque con su pecho, se burló de mí.

-¿Crees que voy a dormir después de esta noche?- Dijo abrazando mi cintura y juntando su frente a la mía.

-Debes hacerlo, si no mañana no te esperaré para ver el amanecer.. -Despegó su frente y luego me vió directo a los ojos.

-Esta bien.. Pero tengo una pregunta.- Oh oh, su tono malicioso regresó.

-¿Cuál?

-Si me escapo en medio de la noche y me acuesto ahí contigo.. ¿Tus papás se darían cuenta?- Preguntó.

-Jaja muy probablemente si.. Ahora, a dormir.

Me dio un último beso y luego nos fuimos cada quien a su rumbo.

Me acosté en el sillón y tapé mi cara con un cojín para luego reír como una desquiciada debajo del mismo.

Estaba contenta y feliz ¡Más que eso! La emoción no cabía en mi pequeño cuerpo, algo me decía que esa noche no podría dormir.

10 minutos después.

(Pequeño spoiler, me quedé dormida después de haber dicho eso ◉⁠‿⁠◉)

-Nabi...-Sentí que alguien movía mi brazo.-Nabi..- Abrí los ojos pesadamente, Minho estaba arrodillado a un lado del sofá.

-¿Qué paso?- Hablé adormilada mientras tallaba mis ojos.

-Te extraño.. -Por un momento vi un pequeño puchero salir de sus labios.

Sonreí al escucharlo. -Minho, ve a dormir, es tarde..

-¿Quieres venir conmigo? Al menos hasta que me duerma..- Otro puchero se formó, no podía dejar de verlo como si se tratara de un niño.-No sería la primera vez que dormimos juntos..

-Basta, si mi papá nos descubre me mata y a ti conmigo.

-Esta bien, me voy a dormir. -Se puso de pie. -Olvidé algo.- Dijo, y antes de que pudiera preguntar, se agachó para dejarme un beso rápido, entonces se fue a dormir.

Al día siguiente despertamos temprano ya que iríamos a ver el amanecer, era lindo, estaba un poco fresco, así que me abrazó y disfrutamos de la vista, luego de esto regresamos a desayunar con mis papás, salimos a caminar un rato todos juntos.

Nuestro viaje a Jeju había llegado a su fin, así que teníamos que despedirnos para poder regresar a Seúl.

Ya en el aeropuerto Minho se despidió de mis papás, agradeció por todo y luego él y mi papá se secretearon algo que no pude entender.

Minho tomó mi mano y caminamos hacía la entrada.

Ya en el avión.

-¿Qué te dijo mi papá?

-No seas metiche.- Contestó juguetón.

Le di un golpe y el solo se río.

-¿No me dirás?

-Nope.-Me sonrió, tomó mi mano para entrelazarla con la suya y luego el avión despegó.

Minho.

Estaba por despedirme del padre de Nabi, cuando esté tomó mi mano y se acercó a mi en un abrazo.
Lo acepté con gusto, para luego escucharlo susurrar algo en mi oído.

-No acepto hijas con el corazón roto de nuevo Minho, tratala bien, es lo más preciado que tengo.

Me separé un poco de él, me dió un apretón de manos.

-Lo haré, confíe en mí. -Dije en un susurró viéndolo fijamente a los ojos.

Volvió a darme un corto abrazo.

-Oh y bienvenido a la familia. -Susurró por última vez.

Le sonreí agradecido por lo que acababa de decir, mientras que al darme media vuelta Nabi me veía con los ojos entrecerrados.