Para Bryter es algo difícil tomarse enserio a la gente débil, y por su condición de poder casi ilimitado termina sin tomarse enserio a absolutamente nadie. Le queda como anillo al dedo llamarla egocéntrica, irrespetuosa, amotinada y cualquier otro a...
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━━¡He tenido una epifanía!━━ Dijo con enfusividad Bryter mientras entraba de forma estruendosa a la oficina de su psiquiatra. Las paredes eran de color café, todos los muebles blancos y con diseños minimalistas, estaba su título colgado a espaldas del escritorio en el que se ubicaba la mujer, unos cuantos afiches con mensajes motivacionales, unos adornos de escritorio y un dispensador de agua, no había ningún tipo de objeto cortopunzante o algo contundente, las sillas estaban adheridas al suelo al igual que el escritorio y la mayoría de adornos de mesa.
━━¿Ah si?━━ La mujer adulta le sonrió y la saludo, ya acoplada a su excéntrica personalidad, mientras le sonreía pasaba de página en su libreta quedando ahora con el archivo de Bryter. En este estaba su nombre, su edad, las acotaciones de su doctora y los medicamentos recetados
Bryter Kyoshin, 16 años, episodios psicóticos contenidos, constantes episodios maníacos, tendencias narcisistas, delirante en general. Sabía que Bryter dejó de tomar sus pastillas, eso por los constantes episodios maníacos que claramente padecía, los antipsicoticos deberían evitar tanto la psicosis cómo estos episodios de productividad y positivismo desenfrenado, pero no lo hacen, y eso puede ser tanto por la ineficiencia de la pastilla, o porque Bryter simplemente no toma sus medicaciones, de cualquier modo, puede recetar unos antidepresivos que funcionen como reguladores hormonales, o directamente unos estabilizadores del estado de ánimo, probablemente hagan más efecto.
Mientras pensaba esto escuchaba también la historia de la chica peliroja, y no podía evitar pensar en el poco progreso que han hecho, llevan años juntas, ella su psiquiatra de confianza, pero el único avance que se pueda tomar en cuenta es que Bryter siente la confianza suficiente como para hablar de cualquier cosa, y no siente pudor de hablar de Anette, la chica que asesinó.
Al principio le dijeron la razón por la que estaba allí, le contaron todo, y supo que sería un caso complicado, le costó muchísimo hacerla hablar del incidente, sobre todo porque era una mancha fresca en su memoria, algo que aún gatillaba reacciones erraticas en ella. Eventualmente pudieron hablar de eso, de como hizo sentir a Bryter y pudo ver cómo lo sobrellevaba, pero aún con su guía, no fue de la manera más sana de todas.
