Capitulo 1.

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Julieta:

Estábamos en la fiesta de Paula, hoy cumplía 18 años y había hecho una gran fiesta. Todo el curso estaba acá, la parte buena de cumplir años después de las vacaciones era esto, despedir las vacaciones y encontrarte con tus amigos de nuevo. Además siempre hacia una fiesta a lo grande. Hasta lo podría considerar como ya algo típico de todos los años y aunque yo no era de salir, Martina me había insistido todo el día para venir. Aunque para ser exacta después de una hora de bailar y “hablar” con los chicos que a ella se les acercaban. Uno en peculiar la invito a bailar con él. Y no dudo ni un segundo en decir que sí. Pero sé que ni recuerda su nombre sin embargo fue de todos modos. Si no recuerdo mal era de tercer año y estudiaba Administración de empresas. Ahora entiendo porque acepto. 

No hacía falta no darme cuenta que yo ahí obviamente no encajaba. Más de una sola mirada que me daban cuando Martí hablaba con ellos para socializar, me hacían saber que yo ahí no pertenecía. 

Así que ahí estaba yo, buscando un lugar libre donde pueda leer el libro que había conseguido guardar en mi pequeño bolso. Toque y abrí muchas puertas, hasta que por fin di con una en la que no hayan más de dos personas ocupándola. Hasta que encontré una, estaba solo iluminada con unas luces leed azules y la luz que venía de una pequeña pecera. No había nadie por suerte. Mire alrededor y no había nada fuera de lo común, camine hacia el escritorio y prendí la luz de la lámpara. En menos de quince minutos estaba sumergida en mi lectura.  Y aunque trataba hacer oídos sordos a lo que pasaba afuera y al lado de la habitación, era algo un poco imposible. 

Mire la hora en mi celular, las cuadro de la madrugada. Mañana ya tenía que ir a comprar lo que iba a necesitar para la clase de Artes. Me  sentía cansada, entre el viaje y la mudanza no había tenido tiempo de descansar algo. Mire de nuevo a mi alrededor y me llamo la intención el pequeño librero que estaba al lado mío. Camine hasta él y mire los títulos de los libros que había ahí. Romeo y Julieta. Leí, al parecer el dueño de esta habitación le interesa la cultura básica sobre la literatura.  Lo agarre y vi que tenía algunas páginas marcadas.                                

                                                                                                                                        “Ódiame o ámame, ambas están a mi favor. Si me amas, siempre voy a estar en tu corazón, si me odias, siempre voy a estar en tu mente”. 
W. Shakespeare.

Leí la página que estaba marcada. Era algo un poco masoquista, pensé.

- Si tu plan es venir y rogarme que este contigo, la verdad es que fue original - dice una voz atrás mío. Me sobresalto al escucharlo.

Me giro repentinamente y choco con su mirada fija en mí. No escuche ni sentí cuando el entro en la habitación. 

- Yo… No quería, entrometerme perdón - digo rápido y me dirijo hasta el escritorio a buscar mis cosas para salir de ahí lo más rápido que pueda.

Agarro mis cosas y cuando trato de salir tropiezo con uno de sus zapatos. Caigo de golpe y puedo escuchar su carcajada desde la cama.

- No te rías, idiota - digo parándome rápido y acomodando mi ropa.      

Veo que el solo se queda serio y trata de ocultar su risa. Lo miro y no tuve que esperar mucho como para saber que se reiría nuevamente. Y así fue.

Una risa estallo nuevamente y  yo solo lo podía ver con cara de odio.

-  Mejor me largo de aquí.- dije caminado hasta la puerta.

- No, no. Espera, no fue mi intención humillarte - dice agarrándome de la mano. Y por primera vez desde que empezó esta conversación,  me fije en  él.
Era alto, tenía puesto unas  gafas y llevaba unos jeans al igual que una camisa negra. Era apuesto, un poco.

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