Hablamos del hilo del silencio, ese hilo que nos cose la boca para quedarnos en una afonía exorbitante. El abusado lejos de llegar a un acuerdo consigo mismo para parar su abuso, prefiere mantener ese hilo opresor en su boca convirtiéndolo en un adorno sin sentido.
Hablamos de bullying cuando la ofensa se disfraza de chiste, cuando las palabras suben de nivel; cuando las amenazas se convierten en una realidad y los moretones se impregnan en la piel. Cuando la violencia se vuelve constante, la vida se vuelve insignificante.
La esperanza de poder estudiar en una institución donde los golpes no estuvieran presentes era una mera fantasía. Ver a su madre arrodillada en frente de la cama rezando entre lagrimas todas las noches era una de las razones de su tristeza.
Incluso después de su traslado a otra ciudad seguía tan culpable por haber nacido. Puede que su madre tape el dolor con ese lindo dulce que le da, pero él sabe que detrás de esa máscara esta una madre haciendo lo posible por protegerlo.
—Mi amor, cuidate mucho. Espero que esta vez... no sea como antes, tu padre y yo iremos a trabajar. —Finalizo sus palabras con un beso en la frente.
Cuando vio el auto desaparecer de la entrada dio un suave suspiró, no estaba tan seguro de sus pasos; cada uno era más indeciso que el otro. Su mirada se desplazaba por los alrededores del gran edificio y sus canchas, se detuvo para imaginarse así mismo jugando su deporte favorito sin problema alguno, pero alejo esa imagen y volvió a caminar. No esperaba mucho cuando se quedó parado en frente de la puerta del aula, toco la puerta y a los segundos pudo entrar gracias al profesor.
El ambiente era nuevo, pero no dejaba de ser peligroso. No paso desapercibido la sensación de una mirada sobre el. Se presentó con todos notando las risas y los susurros que daban, camino hacia una mesa libre y se sentó.
Bajo la guardia cuando ya todos se habían retirado del salón, con un gran suspiro levanto su mochila del suelo y la abrió para comer lo que su madre le habia puesto en un taper. Sus manos se tensionaron enseguida le faltó el aire en los pulmones, soltó la tapa cuando el instinto de quitarse esa funda de la cabeza lo llamo.
Jalonaba lo más que podían sus pies y brazos, sus piernas eran arrastradas por lo que seguramente eran los pasillos, mientras que la funda hacia su labor al poner su vista en negro.
Su cuerpo choco contra el mármol frío, su respiración se mantenía serena por ciertos momentos y sus piernas temblaban cual gelatina por el miedo y por la predicción del futuro que su cabeza ya habia puesto en sus pensamientos. Ni hablar del dolor que recorría su columna, su nariz recobro el aire que le faltaba y cayó al suelo de rodillas, con sus manos sosteniendo su torso débilmente.
—Wow, eres muy lindo. Lastima... —Sonrio falsamente y camino a la esquina de los baños.
El miedo se apoderó de los rincones más débiles de su ser y la tristeza se abriría paso hasta llegar a su corazón. Las lágrimas cayendo por sus mejillas eran símbolo de dolor, lo que se avecinaba era lo que lo ponía en un estado de impotencia. Los años de sufrimiento y humillación parecían no tener fin, y la idea de que iba a vivir esa pesadilla una vez más lo tenía al borde de la locura.
El dolor de los golpes en su rostro y estómago cesaron; con su vista borrosa, miro a su derecha unos zapatos viejos que se acercaban hacia él. Perdió la conciencia después de eso.
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DO NOT FORGET ME / MINSUNG / EN EDICIÓN
FanfictionTan solo tenía 17 años cuando el verdadero infierno empezó. Le encantaban sus ojos, quizás, solo estaba obsesionado con ellos, talvez, solo quería verlos llorar. ¿Podrá encontrar la paz en su corazón? ADVERTENCIA: Esta historia contiene: violencia...