Un mal comienzo

21 2 0
                                    

En una ciudad donde las compañías de telecomunicaciones Claro y Tigo se disputaban la supremacía del mercado, dos hombres, cuyas identidades permanecían ocultas por la casualidad, se vieron destinados a cruzar sus caminos. Era un día soleado, con el parque central rebosante de gente disfrutando del cálido resplandor y las risas infantiles que llenaban el aire.

Uno de ellos, al que llamaremos "Hombre A", estaba sentado en un banco de hierro forjado. Su cabello oscuro y su mirada concentrada en su elegante teléfono inteligente lo hacían destacar entre la multitud. Sus gestos eran precisos y parecía completamente sumergido en su mundo de negocios, revisando los últimos informes financieros de Claro Telecomunicaciones, la empresa que dirigía.

El otro hombre, a quien llamaremos "Hombre B", pasó a su lado sin percatarse de su presencia, absorto en la delicia de un café recién servido. Alto y distinguido, Hombre B tenía un atractivo innato que emanaba de su persona. Su cabello castaño se mecía con el viento y sus ojos, curiosos y centelleantes, exploraban el mundo a su alrededor. Pero su distracción con el café le jugó una mala pasada.

Mientras Hombre A seguía enfocado en su teléfono, Hombre B, atraído por algo en la pantalla de su propio teléfono, dio un paso en falso y chocó con Hombre A, derramando el café caliente sobre la camisa blanca de este último.

La sorpresa se apoderó de ambos hombres por un instante. Hombre A soltó un suspiro de descontento mientras el café se filtraba rápidamente a través de su camisa, y Hombre B miró el desastre con los ojos abiertos como platos.

"Ey, fíjate por donde vas, cabezón 😡" comentó Hombre A, su voz cargada de molestia, mientras intentaba en vano secarse la camisa con un pañuelo.

Hombre B, compungido por su torpeza, tartamudeó una disculpa. "Lo siento mucho, fue mi error. Debería haberte prestado más atención 🙄"

A pesar de la irritación inicial, la tensión se disipó rápidamente y ambos hombres compartieron una risa nerviosa ante la situación absurda. La conversación fluyó con naturalidad mientras compartían anécdotas de situaciones embarazosas y se burlaban de sí mismos con ligereza, conectando casi inmediatamente.

Después de un rato, Hombre A decidió que quería saber más del otro, así que decidió preguntar. "Por cierto, ¿cómo te llamas? 😍"

Hombre B, momentáneamente distraído por la conversación, respondió con una sonrisa avergonzada: "Soy Tigo 😸"

La tensión en el aire cambió drásticamente. El rostro de Hombre A se tensó, y sus ojos brillaron con desconfianza mientras miraba a Tigo con una mezcla de incredulidad y resentimiento. Se sintió casi decepcionado por la revelación. Casi.

"¿Tigo? 😧" murmuró, sus palabras cargadas de sarcasmo y resentimiento. "Así que eres tú, vaya coincidencia encontrarte aquí. Siendo mi enemigo por tanto tiempo y nunca te había visto la cara. 👹"

Tigo, sintiendo la hostilidad en las palabras del hombre, respondió con una sonrisa irónica. "Sí, es una casualidad bastante interesante, Claro 🙄🙄🙄"

Lo que había comenzado como un encuentro casual y torpe se había transformado en un enfrentamiento entre dos de las empresas más poderosas de la ciudad. La conexión inicial que habían sentido, la chispa que había surgido entre ellos, ahora se mezclaba con la ardiente rivalidad, creando una dinámica intrincada y complicada entre Claro y Tigo. El destino había tejido una ironía inescapable en sus vidas, y ahora, estaban atrapados en un dilema emocional que prometía cambiar el curso de sus destinos y desafiar su sentido de lealtad y deber.

Ahora sólo queda averiguar qué es más fuerte, ¿el amor o el deber?

Que sueño, chao

Tigo × Claro | Entre La Rivalidad Y El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora