04: Craig, eres perfecto para mi

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Esta bien...él está bien.. su carne y sangre están bien. Delicioso, deseado, perfecto y único. Él es perfecto y bien para ti. Aprovéchalo.

Kenneth tenía pesadez en sus ojos, no podía visualizar bien el concreto destruido de su pared y el techo lo sentía cercano. Sus músculos le dolían, su cabeza daba vueltas aún siendo temprano y la sangre le ardía fuerte. Se levantó con rumbo a la cocina, viendo que al menos podría ser de su gusto.

Nada.

Nada era de su gusto, la carne animal no le fascinaba, y el gluten le asqueaba, lo único que podría era la carne humana, le encantaba le volvía loco pero desde ante ayer que ya había comido y últimamente no había muchas personas que cubrieran su feroz apetito. Miro las gavetas polvorientas y con pequeñas arañas en las esquinas y no había nada, ni un poco de comida y el dinero hacia falta. Suspiró cansado y se retiro de la cocina yéndose a su habitación. Agarró su teléfono y miro la hora, quizás podría ir a visitar a alguien.

Sus manos tocaron la suave cara que este tenía, el agua helada de la mañana chocaba con su rostro dándole una frescura qué le gustaba y también que lo despertara. Se colocó su parka y siendo cuidadoso y nada ruisodo salío de su hogar. Sus pies daban pasos largos, por fortuna donde iría estaba cerca. Sus nudillos tocaron la madera algo vieja, espero ansioso a que abrieran la puerta, nuevamente toco sin dejar de un lado el entusiasmo. Craig le abrió y se sorprendió por la persona que estaba frente él. Kenny con cierta confianza lo abrazo fuerte como si nunca se hubieran visto en años.

—¡Craig! Estoy tan contento de verte.

El más alto alzó la ceja, ¿Acaso Kenneth lo extrañaba? ¿Habrá escuchado bien? Si es así, se sintió feliz y lo abrazo y deposito un suave beso en su mejilla.

—Yo.. También Kenny.

Se miraron, ambos tenían ese tinte rojo que quemaba las mejillas. Los labios de Craig no dejaban de abrirse como si quisiera emitir alguna palabra.
Finalmente habló.

—Eeeee.....¿Me-mejor vayamos adentro?

—De acuerdo Craigy.

Una vez entraron a la sala se acomodaron en el sillón, no era una ambiente tan cómodo. Uno por un lado estaba nervioso y el otro no dejaba de sobre alzar sus recientes pensamientos. Kenny se movió quedando más cerca de Craig o más especifico de su brazo derecho. Sus rostros de verdad que ardían, podían notarlo ya qué, cada vez se miraban y repentinamente volteaban la cabeza a otras zonas de la casa y sus cabezas se salían de su margen imaginario por el simple hecho que querían volver a repetir alguna intimidad qué tuvieron antes. En su primera cita.

El rubio no dejaba de lado la cercanía con Craig, eso hacía qué su corazón palpitara más veloz de lo normal, no sabía por qué se sentía así ¿Qué era realmente lo que lo tenía así? Si solamente eran ellos dos sentados no tenía por qué sentirse o pensar así. Era un dilema, su corazón era más veloz y su respiración también, cada más lo este pensando sería peor, realmente peor. Craig no lo notaba, eso quería creer, no quería que este lo viera raro. Sus pensamientos fueron a parar al momento donde el lo besó en el bosque, era un momento que jamás olvidaría. Alguien viéndolo en ese momento huria horrorizado y nunca le volvería hablar... Pero Craig, se atrevió a besarlo sin ningún tipo de importancia, lleno de sangre, mal aliento, aliento putrefacto. Solo importaba en ese minúsculo momento sus labios y los del azabache. Sintió una necesidad algo así como si le estuvieran incitando a hacerlo nuevamente.

Las uñas mordidas y descuidas se clavaron en su piel seca y tosca, se removia bastante y su respiración iba a más de mil. Los ligeros rasguños lo mataban por contenerse. Una vez le estalló lo contenido se abalanzó sobre el ojiverde devorando su boca por completo. Este atónito a lo que estaba ocurriendo se separó, sus ojos se desviaron a los de Kenneth y las miradas chocaron con un ruido producido por su mente, el azul de Kenny penetraba fuertemente en su consiciensa, así miro sus labios y lo besó.

Los labios chasqueaban una y otra vez, la fricción de la pelvis comenzó y ambos se volvían locos por más. Las manos de Craig paseaban por todo el torso y parte trasera del más bajo. Kenneth a su vez se estaba frotando con más brusquedad al ya duro genital del otro.

Esa falta de aire llegó y los obligó a separarse. El cabello revuelto y la ropa arrugada decían demasiado.

El de pecas no soportó más y se fue corriendo hacia el baño. Se miro el en espejo pensando en lo que acababa de pasar ni es como si fuese la primera vez que se besaban. ¿Qué pasa? ¿Qué me pasa? ¿Por qué me emocione? ¿Es por qué él estaba bien, porque él es perfecto? Sus interrogantes fueron interrumpidas por un toque en la puerta.

—Adelanté.

El pelinegro abrió sin mucho cuidado la puerta y fue directo a abrazarlo.

—¿Estas bien Kenny?

Se demoró en responder es que no entendía lo que le pasaba.

—Solo fue un beso... un beso, solo eso.. —murmuró quedito.

Craig escucho y no entendía bien, si se besaron y que era exactamente lo malo para que Kennteh saliera de sus brazos asustado e impaciente.
Lo abrazó más fuerte para darle apoyo a lo que sea que esté agobiando al rubio.

—Me siento asustado.... Craig, estoy llegando a un punto que no puedo ni siquiera imaginarme bien que podría pasarme. Es raro como si quisiera...

Lo pensó ¿Qué es lo que quiere?

—No sé que quiero bien contigo, me haces sentir raro y en la puerta de tu casa estaba muy ansioso o nervioso por verte. Me das lo que he querido hasta hora y eso es sorprendente.

El rubio arrojaba lo que está ocurriendo con él y Craig simplemente no puede dejar de escucharlo y pensar que es lo que tenia que hacer. No era su novio, nada y esta ahí abrazándolo mientras este le dice sucesos recientes.
Su mirada estaba perdida en el rostro triste y desesperado. No sé le ocurre más que sentir nuevamente ese cuerpo caliente y único. Los labios del azabache se apoderan del blanco cuello del rubio. Kenneth detine su voz quebrada por unos gemidos ruidosos y jadeos sonoros, sus dedos pasan a esa cabellera negra aprentandola fuerte.

Vuelve esa maldita fricción qué los vuelve dementes. Esos labios del mayor siguen ocupados en el cuello qué, hasta bajaron a la clavícula huesuda, dejando marcas llenas de locura y deseo. Los dientes marcan fuerte esa zona y se siente libre tiene la cabeza en blanco y no deja de pensar en la lujuria.

Craig se desprende del cuello del pecoso.

—No tienes por que sentir eso. No tienes por que, es más siéntete seguro de lo que quieres, estoy yo y eso importa más que nada. Verás que te doy todo porque te amo desde los trece años y no dejo de pensar en ti, cuéntame más, lléname de tus pensamientos inversos y lloraré por ti cuando te escuche hablar de lo que te preocupa. No sientas culpa, tus labios moreteados y rojos me dan ganas tenerte. Te amo, realmente lo hago, te daré todo lo que quieras pero yo estare pendiente de ti y para ti siempre que lo necesites.

El rubio al oír lo que Craig acababa de decir se sentía bien, maravillado, inferior. El calor lo sofocaba bastante y sus manos vagaron por el pectoral del pelinegro, en su nariz se impregnó el olor del chullo azul al acercase a su cuello. Estaba muy ansioso y se mostró reluciente al sentir su calor corporal y el suyo mezclarse, juntarse. Sus cuerpos se unieron en un abrazado acalorado y sentimental en las baldosas con un poco de sangre seca.

Eres perfecto para mi.





























Soy algo mala para esto pero, disfrútenlo.

Blood love/ Crenny/South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora